El equipo de Olmert, no tuvieron que realizar muchas encuestas para saber que muchos de los partidarios de Kadima de la izquierda y del centro izquierda no les gustaria menos que ver a los colonos ser ´´colocados en su lugar´ con las pantallas de televisión llenas de judíos arrastrados de sus casas en varios puestos en Judea y Samaria.

Es una situación de ganar o ganar para Olmert: si la muestra de fuerza masiva causa que los colonos dejen el lugar pasivamente es una victoria, y si las fuerzas de seguridad tienen que ´quebrar algunos huesos´, o peor, para demostrar quien es el jefe, esto también es una forma de sumar votos.

El equipo de Olmert, con la cooperación de los medios de prensa, puede ´vender´ estas ´victorias´ sobre los colonos como una
prueba de su habilidad para manejar los desafios de seguridad de Israel a pesar de su falta de experiencia previa.

Para su credito, los asesores detras del partido Kadima han ya anticipado el impacto negativo de los ataques terroristas pre elecciones que podrían tener en la imágen de Olmert. Con la ayuda del Jefe del Ejercito Dan Jalutz y otros, el período de la segunda Intifada sangrienta ha sido como una referencia para el terror, asi que aún si literalmente cientos son asesinados en ataques terroristas antes de las fechas de las elecciones se puede aducir que el terror ha descendido.

Pero debe ser la habilidad de arrancar a los colonos de sus casas tomado como una calificación definitiva para los candidatos en las proximas elecciones?

Parecería ser que el desarraigo de algunos colonos fuera la única cosa que frena la implementación de un acuerdo popular de carácter final que ya hubiera pasado por el proceso de confirmación o que la retirada fuera una conclusión inevitable.

Pero nadie dice seriamente que se este siquiera cerca de lograr un acuerdo y esto es con o sin Israel manteniendo su posición de requerir que la Autoridad Palestina realmente desarme a los terroristas antes de que comiencen las conversaciones. Esto es, desarme no simplemente ponerlos en la nómina de paga de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina.

Con respecto a la retirada: no es una conclusión inevitable, es el verdadero tema de las elecciones.

El tiempo y nuevamente las encuestas demuestran que el público israelí se opone a la retirada.
El público no tiene problema en apreciar simplemente cuán imprudentes serían posteriores retiradas en Judea y Samaria. En realidad, muchos de aquellos que apoyaron a Ariel Sharón lo prefirieron a pesar de – más que por – sus planes de llevar a cabo retiradas adicionales después de las elecciones.

Es por esto que el equipo de Olmert intenta poner en segundo plano el debate sobre la retirada con cobertura de los medios de las operaciones de seguridad contra los colonos. Ellos saben que si las elecciones se transforman en un debate sobre las políticas, el apoyo se desplomaría.

Por el bien de Israel uno puede solamente esperar que Netaniahu y el resto del campo nacional se hagan cargo de la formidable tarea de convencer a la ciudadanía de votar por políticas más que por personalidades.



El autor es director de IMRA.