“Somos el continente más desconfiado de la tierra y Perú es uno de los países más desconfiados”, remarcó Lagos al presentar en Lima el “Informe de Prensa — Latinobarómetro 1995-2010 Perú”.

Según la evaluación estadística, que compara los resultados obtenidos en Perú con los de otros países de la región en los últimos 15 años, el promedio de confianza interpersonal en Latinoamérica en el 2010 fue de 20 por ciento y el peruano de 14 por ciento.

En este aspecto, Perú está igualado con Paraguay (14 por ciento) y solo es superado por Brasil (10 por ciento), mientras que los países con mayor confianza interpersonal son República Dominicana (31 por ciento), Uruguay (30 por ciento), México (26 por ciento), El Salvador (26 por ciento) y Argentina (24 por ciento).

“El problema es la confianza en el prójimo”, comentó Lagos al referirse al informe, que analizó distintos aspectos de confianza, desde la interpersonal a la que hay en las instituciones o a la que se deposita en las personas que ejercen cargos.

Al referirse a las instituciones, el Latinobarómetro establece que en el promedio regional, el Gobierno y las Fuerzas Armadas obtienen la mayor confianza (45 por ciento), mientras que la menor es para los partidos políticos (23 por ciento) y el Poder Judicial (32 por ciento).

En el caso de Perú, la confianza en las instituciones es menor al promedio regional en todos los casos, con excepción de la Iglesia católica y otras iglesias (67 por ciento), mientras que el nivel más bajo lo reciben los partidos políticos (13 por ciento) y el Congreso (14 por ciento).

Lagos explicó, al respecto, que esto permite determinar que existe “una diferencia entre la legitimidad y la confianza, que es muy baja”.

Sin embargo, la última crisis económica ha producido “una renovación” regional de la confianza en la función del Estado para resolver problemas, y solo un 4 por ciento cree que el Estado no puede resolver ningún problema.

El mayor porcentaje de personas que creen que el Estado puede resolver todos los problemas está en Venezuela (46 por ciento), seguido por República Dominicana (39 por ciento), mientras que la percepción más baja se encuentra en Costa Rica y Nicaragua (8 por ciento) y El Salvador (3 por ciento).

En cuanto al interés en la política, el promedio Latinoamericano es del 26 por ciento, más alto en Venezuela (35 por ciento) y Uruguay (34 por ciento), y más bajo en Nicaragua (19 por ciento) y Guatemala (17 por ciento).

En América Latina, el 16 por ciento afirma que la situación política “es buena”, mientras que solo el 6 por ciento lo sostiene en Perú.

“Tenemos una clase política que no se defiende. Estos indicadores muestran la ausencia de defensa de la política”, acotó Lagos, para luego señalar que, en general, “hay un grado de cinismo e hipocresía entre la gente de América Latina que perjudica a la política”.