Las fuerzas de defensa de Israel lanzaron un ataque la semana pasada en respuesta a un cohete disparado desde Gaza que impactó en un autobús escolar y dejó a una persona de 16 años gravemente herida.

Los palestinos sostienen que el asesinato de tres comandantes de Hamás (Movimiento de Resistencia Islámica) por Israel la semana anterior fue lo que motivó el lanzamiento del cohete. Pero los israelíes responsabilizan a combatientes de Gaza, diciendo que planeaban secuestrar israelíes en la península del Sinaí.

Tras el ataque de Israel, resistentes palestinos de varias facciones respondieron lanzando decenas de cohetes y misiles en territorio israelí. Murieron muchos combatientes palestinos, pero también civiles. Pero no hay consenso en las cifras oficiales de víctimas.

La inteligencia israelí sostiene desde hace años que los soldados son objetivos potenciales de secuestros. Todos los años, antes de la Pascua judía, la agencia de inteligencia interna, Shin Bet, alerta a los israelíes de no viajar al Sinaí.

El hecho deja dudas sobre el momento elegido para matar a los comandantes de Hamás. Muchos analistas se preguntan si Israel pretende lanzar otro ataque generalizado como la Operación Plomo Fundido, de fines de 2008 a principios de 2009. En el ataque de tres meses murieron mil 400 palestinos, la mayoría civiles, entre los que había 300 niños y niñas.

“El objetivo de volver a la calma es un grave error porque permite que Hamás se refuerce como lo hizo Hizbolá”, el libanés Partido de Dios, declaró el canciller israelí Avigdor Lieberman a la radio del ejército.

“El objetivo debe ser sacar a Hamás del poder. Volver a la calma implica aceptar una guerra de desgaste en la que el movimiento de resistencia puede determinar instalar la calma o avivar el frente”, ha dicho Lieberman.

Las controvertidas declaraciones de Lieberman motivaron ayer una reunión urgente del gabinete para discutir el recrudecimiento de los enfrentamientos en el sur, en la frontera con Gaza.

A la tregua seguirá una confrontación a gran escala, declararon fuentes castrenses según medios israelíes. “Hace dos años que Hamás reconstruye sus fuerzas y eso sólo puede indicar un enfrentamiento total”, afirma un alto oficial del ejército israelí.

“En cualquier caso, no nos interesa lanzar una operación generalizada hasta después del Día de la Independencia, el 14 de mayo, así que por ahora queremos calma. Pero si comienza el lanzamiento de cohetes e Israel responde, no sé qué pasará”, ha aceptado un integrante del gabinete al diario Y-Net.

La tregua conviene por ahora a ambas partes, según analistas, pese a la arrogancia y la acalorada retórica, pues los dos pueden perder.

Hamás puede hacer que la población del sur de Israel permanezca en sus búnkeres cuando se activa el código rojo, que avisa del lanzamiento de cohetes. Israel, por su parte, puede asestar un durísimo golpe contra la población civil de Gaza y su infraestructura.

La posibilidad de que haya un ataque depende sólo de Israel, asegura Samir Awad, de la Universidad de Birzeit, cerca de Ramalá. “Hamás y las otras facciones palestinas tienen una posición frágil. Pueden amenazar a Israel todo lo que quieran, pero la potencia militar del estado judío es superior. Además controla la costa, el espacio aéreo y las fronteras de Gaza. El territorio está sellado y es poco lo que puede hacer el movimiento de resistencia islámica”.

“Una de las razones del asesinato de los tres comandantes de Hamás fue la posibilidad de que llegara a un acuerdo con Fatah con posibles consecuencias concretas y positivas, tras una reunión que mantuvieron representantes de ambos partidos palestinos”, añadió.

Fatah es el partido del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, que controla Cisjordania.

“Israel teme un frente palestino unido, pese a que la actual tensión y caos en Gaza mantienen suspendidas las negociaciones de unidad. Además, el estado judío se aprovecha de la confusión y del descontento en el mundo árabe y de la debilidad de Hamás por la falta de apoyo de los habitantes de Gaza y por sus esfuerzos en controlar pequeñas organizaciones de resistentes”, añadió.

Si Israel ataca la franja de Gaza tendrá que considerar las complicaciones y consecuencias en el terreno, asegura el profesor Moshe Ma’oz, de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

“Para mantener el control sobre Gaza, las fuerzas de defensa de Israel tendrán que reocupar el territorio, lo que será costoso e implicará un desgaste militar”, asegura.

“Pero hay algo seguro. Si Hamás ataca otro objetivo civil, como un autobús escolar, y causa varios muertos, Israel golpeará con mano dura y consecuencias sangrientas”, añade.