El portavoz del Gobierno de Muamar el Gadafi se defiende de las acusaciones de grupos pro derechos humanos y de los rebeldes libios que aseguran tener pruebas de bombardeos a la ciudad de Misrata, el único gran bastión rebelde en la zona occidental de Libia.
“Les retamos a que lo demuestren”. De usar esas bombas, habría pruebas durante días y semanas. Sabemos que la comunidad internacional está llegando a nuestro país en masa. Así que no podemos hacer eso. No podemos hacer nada que nos incrimine, ni siquiera si fuéramos criminales”, ha dicho el portavoz del Gobierno, Mussa Ibrahim.
Una veintena de personas murieron este viernes en Misrata. Unos 1.200 vecinos han sido evacuados a la ciudad portuaria de Bengasi, en el este, con la ayuda de un buque humanitario. La única salida posible la ofrece el mar, la ciudad permanece aislada por tierra.
Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que las polémicas bombas se fabricaron en España en 2007, antes de la firma en Oslo de la convención que prohibía esta clase de armamento.
Los rebeldes y partidarios de Gadafi luchan desde hace varios días por el control la estrategica ciudad de Ajdabiya.