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28/04/2011 | ¿Tendrá lugar la cumbre de la Liga Árabe este año?

El Mundo (E.S.) Staff

Incluso antes del terremoto político que sacude Oriente Próximo, la celebración de la cumbre anual de la Liga Árabe, prevista a mediados de marzo en Bagdad, era puesta en duda por muchos.

 

 La razón era la amenaza de grupos extremistas de reventar el evento a base de bombas, una posibilidad que hacía muy poco apetecible a los líderes árabes, de por sí pocos propensos a los riesgos innecesarios, a volar a la capital iraquí.

Pero tras la primavera árabe que está cambiando la composición regional de forma irreversible, la reunión parece imposible. Una buena razón es que, incluso si tuviera lugar, habría falta de quórum para tomar cualquier decisión. Pero las diferencias entre los países árabes a costa de las revoluciones populares, que han agravado las diferencias sectarias de los dos grandes bloques (suníes y chiíes) son las que más complican la reunión.

Antecedentes

Hace una semana Ahmad Bin Heli, vice- responsable de la Liga Árabe -su secretario general, Amr Musa, está demasiado ocupado en El Cairo buscando apoyos para convertirse en el próximo presidente egipcio-, anunciaba formalmente el aplazamiento de la Cumbre hasta el mes de mayo. Lo hizo casi un mes después de la fecha prevista de la celebración, pero la revolución árabe -que ha tenido su reflejo en Irak en forma de manifestaciones con numerosos muertos- ensombrecía hasta tal punto cualquier otro asunto que a nadie le extrañó.

Pero lo que ha enfurecido al Gobierno iraquí, que ha destinado decenas de millones de dólares, según el semanario libanés Hebdo Magazine, a embellecer la capital para el evento -un ultraje para una población empobrecida- es la petición del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que reúne a Bahréin, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, de cancelar la cumbre. Lo anunció el ministro de Exteriores de Bahréin, Sheikh Khalid bin Ahmed al Khalifa, cuando desveló mediante Twitter que el Consejo del Golfo había solicitado a Amr Musa la anulación mediante una carta oficial. No aportaba razones, pero el contexto del mensaje era inequívoco: Bahréin acababa de lamentar la política del Gobierno iraquí -chií- en apoyo de los manifestantes de la pequeña isla, de mayoría chií, reprimidos por la dinastía suní que les gobierna desde hace dos siglos.

Bahrein y Siria

La situación en Bahréin -donde las tropas del CCG han entrado para ayudar a los Al Khalifa en un movimiento visto por los chiíes como una simple invasión militar- ha exacerbado la guerra sectaria, como lo está haciendo la situación en Siria, donde una mayoría suní es regida por una dictadura chií. Los dos grandes bloques árabes se mueven para apoyar a sus sectas y no a las poblaciones que exigen libertad y democracia, exacerbando una división que lleva presente en la región desde la aparición del Islam.

El ministro iraquí de Exteriores, Hoshyar Zebari, “ha sugerido durante una reunión con el secretario general de la Liga Arabe en el Cairo, el pasado fin de semana, celebrar una reunión extraordinaria a nivel ministerial el próximo 5 de mayo para discutir el asunto y adoptar una decisión”, según la agencia de noticias kurda.

En declaraciones a RFI, el diputado iraquí Mohamed Sayhud, del partido del primer ministro Nuri al Maliki, incidía en que “los iraquíes prefieren ver la cumbre pospuesta que celebrar una reunión formal, sin significado, y celebrada por líderes árabes que en ocasiones han estado en el poder durante más de cuatro décadas”. Esa ha sido la norma de las cumbres árabes en los pasados años.

Egipto y Túnez, ausentes

En esta edición habría que celebrar numerosas bajas de ese club de decanos: los presidentes tunecino y egipcio de entonces acusan baja; el rais libio fue suspendido en la Liga tras bombardear a sus civiles; los dirigentes yemení, emiratí, bahreiní y sirio están demasiado ocupados reprimiendo a sus poblaciones para aferrarse al poder; los responsables de Oman, Arabia Saudí, Jordania, Marruecos o el propio Irak se concentran en realizar concesiones que aborten un levantamiento mayor y sólo los palestinos parecen dar buenas noticias, gracias al principio de acuerdo de reconciliación, histórico, rubricado en Egipto.

La opinión más extendida es que, con suerte, la próxima cumbre de la Liga Arabe tendrá lugar el próximo año y no precisamente en Bagdad. Para algunos analistas, se trata del “golpe de gracia” a una organización vista por sus poblaciones como un club de sátrapas.

El Mundo (España)

 



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