Un activista de derechos humanos en Homs dijo que francotiradores tomaron posiciones en los techos de varias zonas residenciales de la ciudad, mientras el sonido de disparos se extinguía en los distritos invadidos el domingo por los blindados.
"Cientos de personas huyeron de tres aldeas al sudoeste de Homs donde fueron desplegados los tanques", dijo la fuente.
Homs, la ciudad de Asma, la esposa de Assad educada en Occidente, está en medio de una región agrícola en la carretera entre Damasco y la segunda ciudad siria de Aleppo. Una de las dos refinerías de Siria está en Homs.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo que tres civiles murieron el domingo en Homs, una ciudad comercial de 1 millón de habitantes a 165 kilómetros al norte de Damasco.
Muchas personas fueron arrestadas en Homs y Banias en la costa mediterránea, últimos blancos de los crecientes ataques militares de Assad contra los manifestantes, así como en otras regiones, dijo el Observatorio.
La agitación en Siria comenzó el 18 de marzo, cuando manifestantes inspirados en las revueltas en el mundo árabe marcharon en la ciudad de Derá. Assad respondió inicialmente con vagas promesas de reforma y el mes pasado levantó el estado de emergencia que duró 48 años.
Pero al continuar las manifestaciones envió al Ejército a aplastar el descontento público, primero en Derá y luego en otras ciudades, dejando claro que no se arriesgaría a perder el estricto control que su familia mantiene desde hace 41 años en Siria.
El Observatorio sirio dijo que 621 civiles han muerto desde el inicio de las protestas. Sawasiah, otro grupo de derechos humanos sirio, calcula que la cifra de civiles muertos supera los 800.
SANCIONES DE OCCIDENTE
Antes de la revuelta, Assad estaba saliendo de un periodo de aislamiento impuesto por Occidente por su apoyo a los grupos militantes Hezbollah y Hamas y su informal alianza anti israelí con Irán.
Estados Unidos también ha acusado a Siria de permitir que militantes entrasen en Irak para apoyar a los insurgentes contra las fuerzas estadounidenses e iraquíes.
Washington anunció nuevas sanciones contra personajes públicos sirios el mes pasado, mientras la Unión Europea acordó la semana pasada congelar activos y aplicar restricciones de viaje contra 14 funcionarios sirios que consideran responsables de la violenta represión.
Pero analistas políticos y líderes de oposición dicen que las sanciones solas no impedirán que Assad, en el poder desde la muerte de su padre Hafez al-Assad en el 2000, utilice la fuerza para acabar con los disturbios.
