La primera tiene sus bemoles, y obedece al partido único y al sistema que impera en la isla y que no es precisamente el de los demás países del área citada.

A la nuestra, es decir, la "mentada democracia", como la llamaba Juan Bosch la acosan graves defectos. Pero... no tenemos otra cosa a la que echarle mano, a menos que pura y simplemente usted decida salirse de la trampa.

Sucede y viene a ser que la famosa y acomodaticia respuesta del líder cubano puede aplicarse en el caso haitiano: "¿Elecciones... ¿para qué?".

A los haitianos los están engañando otra vez con el caramelo envenenado de las "elecciones".

Cada cierto tiempo, al país más pobre del continente americano y el quinto más pobre del mundo se le adormece, manipula y entretiene con el cuento de los "comicios liberadores".

Y hasta se recogen miles de millones de dólares para la supuesta reconstrucción que viene (?) después de cada proceso electoral...y los mismos van a parar a manos de la politiquería haitiana, de los cabilderos internacionales, de los jefes represivos del "orden", de algunas ONG haitianas, de dominicanos que tienen su ración del boa asegurada, de ciertos empresarios, de algunos religiosos, etc.

Y la miseria se amplía hasta niveles peligrosísimos para la isla, de la que formamos parte inevitable. Para bien y para mal.

A un sector de los ideólogos del sistema se les ha metido entre ceja y ceja que la "solución al problema haitiano" es celebrar las mentadas elecciones.

¿Elecciones en un país que no es país y que sus habitantes merecen tener su país, el que heroicamente se dieron hace más de 200 años, como primera expresión libertaria de lo que hoy es América Latina y segunda del continente americano, después de la USA?

¿Van a poner otra vez a esos infelices a hacer largas y dolorosas colas para dizque decidir su futuro y que tras depositar el jodío voto regresen a su miseria ancestral?.

Las elecciones (?) en Haití no le resuelven nada a los haitianos ni a los dominicanos. Por el contrario, todo este asunto es agitación, violencia, inestabilidad, migración ilegal, despilfarro, engaño, estafa, fraude.

Lo que los haitianos necesitan es sacudirse de esta condición de paraíso de las drogas, confiscar las enormes fortunas que hay en el extranjero a costa del erario público del desventurado pedazo de isla.

Lo que los haitianos necesitan, y no lo va a lograr ningún seudo presidente salido de estas seudo elecciones, es trabajo, alimentación, salud, hospitales, carreteras, caminos vecinales, producción agrícola, industrias, educación, fábricas, reforestación, alfabetización.

Lo que los haitianos necesitan, en lugar de esta burla seudo democrática, es tener controles eficaces e institucionales para que su gente viva allá como Dios manda y no en una diáspora dañina para todos.

Elecciones... ¿para qué? ¡Para nada! Mejor dicho: ¡para peor!