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05/02/2006 | VENEZUELA: Pandemónium

Marta Colomina

En medio del revuelo del revuelo internacional causado por su anuncio de "echar" al agregado naval de la Embajada norteamericana por "espía", Chávez produjo una de sus piezas de ficción durante las cinco horas de cadena para la celebración aniversaria de sus 7 años de (des)gobierno.

 

Los venezolanos que penan durante horas en la carretera Caracas-La Guaira a causa de la caída del viaducto, los miles de damnificados que siguen esperando inútilmente la entrega de una vivienda y los millones de desnutridos y hambrientos que, según la FAO, colocan a Venezuela a la par de Tanzania, Burundi y El Congo, debieron asombrarse cuando Chávez citaba la repetida frase de El Libertador "el mejor gobierno es el que ofrece la mayor suma de felicidad posible", adobado con Fanon en aquello de "con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar". A juzgar por el aviso recibido en las elecciones parlamentarias del 4D, cuando ni desposeídos, ni oligarcas atendieron al llamado de legitimar un Parlamento que ahora es ilegítimo por la abstención del 83%, serán los pobres quienes decidan la suerte de Chávez.

El anuncio de un aumento salarial del 15%, comido ya por la inflación, seguido de una política social de dádivas, no puede ocultar el caos y la desesperanza de las mayorías del país. Concluida la cadena, Globovisión nos ofrecía el más rotundo desmentido sobre la salud pública presentado poco antes por Chávez, al transmitir las quejas de una madre sobre la insalubridad y la carencia de insumos en el hospital de Los Magallanes, en el que hace una semana se cayó un ascensor y resultó gravemente herida una trabajadora. Contaba la joven madre que se veía obligada a colocar algodones en los oídos de su bebé para evitar que se introdujeran las chiripas. Otro señor venido de Apure con su hijo enfermo de 11 años, tuvo que abandonar su trabajo porque debía permanecer en Caracas para cargar a su muchacho por las escaleras cuando hay que hacerle alguna prueba, porque los ascensores no fun cionan.

En los 7 años de Chávez el caos y la ruina se apoderaron del país. Con los más de 350 mil millones de dólares que ha malgastado debían haberse concretado obras de infraestructura (con las que se habría evitado la catástrofe del viaducto y colapso de otras importantes vías), cientos de miles de viviendas que nunca hizo, hospitales que nunca construyó y pleno empleo (lo que ha generado es desempleo). Sin Contraloría, los venezolanos no sabemos qué hizo Chávez con los más de $3 mil millones del FIEM, con la milmillonada del Plan Bolívar 2000 (que piensa reeditar ahora para contentar a los militares ), con el enorme presupuesto del FUS. Además, la impericia, corrupción y los accidentes mortales de Pdvsa cayeron en el pozo negro en el que descansan las cuentas petroleras nunca pagadas por Fidel. El ministro del MEP clama en la OPEP por un recorte de la producción porque el régimen chavista ha destrozado Pdvsa y está produciendo 800 mil barriles por debajo de la cuota asignada.

Chávez ha destruido las maltrechas instituciones democráticas que recibió. Hoy el Poder Judicial es un siervo ("Uh, Ah, Chávez no se va", gritaban los jueces togados). La AN es una caricatura de la que sólo cabe esperar el nombramiento de un CNE, clon del actual. El BCV ya no es ni su sombra: las últimas cifras sobre inflación resultan tan poco creíbles como las falsas estadísticas del INE: Desde 1998 hasta el 2005, la inflación ha sido del 247,4%. Venezuela ocupa el primer lugar con mayor inflación en América y el segundo en el mundo. Chávez recibió el desempleo en un dígito y hoy está en 16%. Recibió una deuda interna de Bs. 2,3 billones y hoy es superior a los 30 billones. Si sumamos la externa, el "mono" estaría cercano a los $50 mil millones. ¿Cómo entender que con el petróleo a más de $40 el barril durante 2005, Chávez nos haya endeudado ese año en más de $5 mil millones?

Hoy Venezuela es un pandemónium: Chávez hostiga al sector privado, al cual pretende sustituir por los núcleos "endógenos" (cooperativas) que mueren al nacer; ataca a medios, periodistas, Iglesia y a quienes disienten de su totalitarismo; su gobierno gasta $ millones y luego percibe que la base dactilar entre el CNE y la Onidex no son compatibles (¿será que de esa incompatibilidad saldrán los 10 millones de votos?) y sus servidores tomarán para el REP las huellas de los 10 dedos (¿de las manos o de los pies?), con nuevas captahuellas que podría bendecir el "Hermano Cocó"... Regresaron al país la malaria, el dengue y el paludismo, pero nuestros petrodólares irán a Africa a combatir esas enfermedades; Caracas es un muladar y el hampa reina; las urnas salen a flote en el Cementerio General del Sur; la PM matraquea a la luz del día; conseguir un pasaporte es más difícil que subir al Everest; las invasiones a edificios y fincas se propician desde el poder; los familiares de los soldados quemados claman por una justicia que no llega y los presos políticos aumentan.

¿Qué cabe esperar sino el derrumbe de un gobierno así?

El Universal (Mexico)

 



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