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06/07/2011 | EE.UU - ¿Qué quieren los hispanos?

Guillermo Descalzi

Acaba de pasar el Cuatro de Julio en Estados Unidos, patria para algunos nueva y para otros patria de generaciones. ¿Qué queremos los hispanoamericanos en estas fiestas? Queremos lo que todos quieren. Iniciada la campaña del 2012, los partidos están en busca del hispano. Un sondeo de Resurgent Republic muestra que al votante hispano le preocupa lo mismo que al electorado en general. Nos preocupan gasto, deuda, seguridad nacional, crimen, narcotráfico, violencia, salud e inmigración, y no necesariamente en este orden.

 

El tema de inmigración debe examinarse en el contexto mayor de seguridad nacional dentro de nuestras fronteras. Es, por lo tanto, un tema que trasciende a los hispanos. Es y debe ser preocupación del país entero. Los hispanos queremos lo que el país quiere porque ha ocurrido un acercamiento doble. Nosotros al país y el país a nosotros. En marcha están la americanización de nosotros y la hispanización del país.

Simple como parece, los políticos insisten en tratarnos como grupo aparte, especialmente por lo de inmigración. Hay que ser claros en esto, el problema migratorio es nacional. Se estiman en catorce millones los ilegales en el país. Catorce millones no pueden estar aquí sin que sea un problema para el país entero. Se necesita reforma de inmigración, una ruta a la legalización, y asegurar la frontera sur. La frontera con México debe hacerse una barrera más efectiva que la de hoy a la entrada de ilegales y narcóticos acá, y la salida de dinero y armas hacia allá. Se necesita implementar un sistema nacional de verificación paralelamente a abrir una vía a la legalización.

Es imposible hacer estas cosas por separado. Se pueden y deben de hacer al unísono. La reforma migratoria no es cuestión hispana, es necesidad nacional. En el tema de economía, Resurgent Republic señala que los votantes hispanos nos enfocamos en creación de empleos y deuda. Esto hace de nosotros un grupo fiscalmente conservador. Demócratas y republicanos tienen remedios para todo, remedios tradicionales que paradójicamente son los que nos han dejado en la situación de hoy. Ambos partidos, diferentes en sus bases teóricas, se confunden en la práctica el uno con el otro. Presidencia tras presidencia, demócrata o republicana, acaban en lo mismo. Es más, hay veces en que parece que un partido fuese el otro. La última legalización la dio un republicano, Ronald Reagan, mientras que el demócrata Obama ha deportado más inmigrantes que nunca en la historia del país.

Los republicanos, supuestamente pro business, se opusieron al rescate de Wall Street y la gran industria. El presuntamente populista Partido Demócrata, con Obama a la cabeza, los salvó en un rescate sin precedente. ¿Detener el libertinaje de Wall Street? Ni demócratas ni republicanos lo logran. ¿Balancear el presupuesto? Tampoco lo hacen. ¿Cuidar a ancianos y enfermos, niños y discapacitados, cuidando también la salud económica del país? Tampoco son capaces de esto. Obama llegó voceando un programa de obras listas para ejecutarse que daría trabajo a millones. ¿Dónde están?

La pérdida de confianza del país en Washington encuentra paralelo solo en la pérdida de prestigio de Estados Unidos en el mundo. El arreglo en ambos casos empieza, o debería empezar, en casa. La actitud de Washington hacia nuestro continente se resume con palabras del laissez faire, el mercantilismo precursor al capitalismo actual. “ Laissez faire, laisez passer, le monde va de lui meme”. Dejar hacer, dejar pasar, el mundo marchará de igual manera… con o sin intervención del gobierno. Ese bien podría ser el lema de Washington en las Américas.

Se ha llegado al colmo de la parsimonia en asuntos hemisféricos. El castrismo, aunque marchito, prolifera de manera tal que ni siquiera es noticia. Frenar el autoritarismo castrista y su prole continental es, o debería ser, prioridad federal. Cuba para los cubanos será buena para los americanos. Washington tiene que despertar a la realidad de que no le será posible extender la pax americana en el mundo si no es capaz de lograrla en nuestro propio hemisferio.

La recuperación empieza, o debe empezar, por casa. Los partidos atenderán al hispanoamericano atendiendo al país. Deben dejar de lado sus fórmulas tradicionales porque son éstas las que nos han traído a la situación de hoy. Hay que empezar a pensar fuera del marco tradicional.

¿Qué quieren los hispanos? Lo que todos quieren. Queremos dirección. Necesitamos dirección. La nación está a la deriva.

¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿Michelle Bachman? ¿Mitt Romney? No veo alternativa real.

Miami Herald (Estados Unidos)

 


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