Este es el escenario que tienen. Dejan el poder para siempre porque lo del 2008 fue una circunstancia irrepetible, a menos que logren que el presidente Lugo se vuelva a candidatar para así tentar algunos escaños en el Congreso. Están dispuestos a todo dada su comprobada orfandad popular. Apelan sin verguenza a mostrarnos su verdadero rostro, la tesis autoritaria. La crisis podría darles una oportunidad que el pueblo les ha negado. En el desorden, las masas son todavía más proclives a aceptar cualquier propuesta populista y hasta autoritaria.

La recolección de firmas que realizan los miembros de este sector político para la reeleccion vía el procedemiento de la enmienda es un motivo suficiente para que miles de personas dependientes de la estructura gubernativa, en especial aquellos destinatarias de los programas sociales que montó la izquierda y funcionarios que ingresaron sin concurso de oposición en el sector público, rodeen el Congreso exigiendo su propósito. Por supuesto, esta acción es solo el complemento de otras que ya se vienen haciendo y tendrá como objetivo afectar los derechos de propiedad privada, en particular las tierras de los productores agrícolas que hicieron del Paraguay en los últimos años pasar a ocupar los primeros diez puestos con mayor capacidad de exportación de soja y carne a nivel mundial.

La minoría de la izquierda radical sigue el mismo libreto conocido en esta parte de América. La bolivarianización de las Fuerzas Armadas no es un tema intrascendente en el debate de las ideas, puesto que estamos asistiendo al avance de un grupo que tiene precisamente ideas muy diferentes de lo que la civilización occidental logró para su esplendor mediante la sujeción a un cuerpo de leyes garantistas de la propiedad y la libertad. Para probar esta afirmación, me remito a uno de los slogans que encanta a este sector, como sin duda lo es la denominada "democracia participativa", una expresión que hasta parecería loable sino fuera porque en el fondo su estrategia y objetivo dicen lo contrario.

El sustrato doctrinario de la reelección se fundamenta en la idea de hacer "participar" a la gente con sus firmas para así hacer notar que la representación en el Congreso no solo es ineficiente sino también un problema al momento de conseguir los cambios que la sociedad requiere. Sin embargo tiene dos problemas y enormes, además de peligrosos. Primero, la “participación” que alegan crea grupos de movilización permanente que buscan "leyes" particulares o mejor dicho mandatos, diría Hayek, que sumado a la búsqueda de privilegios excepcionales para sus seguidores irán erosionando la base del Estado de Derecho que en este país tampoco goza de larga tradición y respeto. Segundo, la "democracia participativa" es un proyecto politico que busca llegar o mantenerse en el poder a cualquier costo.

A la izquierda radical no les queda otra salida más que el desorden con gente abyecta a sus designios. Algunos liberales que en su momento se opusieron a la reeleccion del ex presidente Nicanor ya bajaron la cerviz. De liberales pasaron a convertirse en serviles. De momento, la izquierda rechazada por el pueblo precipita la crisis, con actores y cómplices visibles.

Víctor Pavón es Decano de la Facultad Derecho de la Universidad Tecnológica Intercontinental (Paraguay) y autor de los libros Gobierno, justicia y libre mercado y Cartas sobre el liberalismo.