Los inversores de la Gran Manzana no ocultaron su preocupación tras los malos datos de PIB de Alemania y la zona euro. El enfriamiento económico de Europa provocó las ventas en Wall Street, que puso fin a tres días consecutivos de avances. Los acuerdos alcanzados por Merkel y Sarkozy para salvar Europa fueron acogidos con frialdad por el mercado neoyorquino.
Al
cierre de la sesión del ayer el Dow Jones de industriales se dejó un 0,6%,
hasta 11.45 puntos, mientras que el selectivo Standard & Poor´s 500 cedió
un 0,9%, hasta 1.192 puntos. El índice tecnológico Nasdaq Composite cayó un
1,2%, hasta 2.523 puntos.
Después
de encadenar tres días consecutivos de avances, la principal bolsa del mundo
tropiezó de nuevo con Europa. Antes de que el mercado abriera sus puertas
los datos del PIB de Alemania, España, Francia y la zona euro amargaron el
desayuno a los inversores. La ralentización económica del Viejo Continente, en
especial la de la economía germana, encendió las alarmas a ambos lados del
Atlántico.
A pesar
de las malas referencias macroeconómicas de la euro zona, Wall Street trataba
de encontrar motivos para un cambio de signo en las novedades domésticas, pero
todos los esfuerzos fueron sido en vano. Nada más escuchar la comparecencia de
los líderes de Alemania y Francia la bolsa neoyorquina ahondó sus caídas,
aunque al final acabó moderando considerablemente sus números rojos.
Angela
Merkel y Nicolás Sarkozy se reunieron hoy para elaborar una lista de
propuestas con las que salvaguardar el futuro del euro. Las medidas acordadas
por ambos políticos no gustaron demasiado en Wall Street. Entre otras cosas,
porque parece que tanto Alemania como Francia se han puesto realmente serios,
lo que indica que las cosas tal vez están peor de lo que se imaginaba en un
principio.
Las
cinco propuestas que pusieron sobre la mesa Sarkozy y Merkel fueron un Gobierno
Económico, que las constituciones recojan el equilibrio presupuestario, una
tasa para las transacciones financieras, una fiscalidad homogénea para las
empresas y la creación de un eje franco-alemán.
De
momento estas medidas no tuvieron una buena acogida en el mercado, al menos en
el estadounidense. El pesimismo por el débil estado de salud de la economía
global acabó con el efecto balsámico que podría haber tenido en Wall Street
la ratificación que Fitch hizo sobre la triple A de EEUU, así como el
nuevo plan de estímulo que Obama prometió que anunciará en septiembre.
En
materia macroeconómica los datos del día tampoco fueron del todo malos. La
producción industrial de julio no sólo batió las previsiones del mercado con un
alza del 0,9%, sino que registró su mayor subida mensual desde diciembre de
2010. El En cuanto al inicio de construcción de nuevas viviendas, la caída del
1,5% fue inferior a la pronosticada por los expertos.
Desde el
punto de vista empresarial Wall Street también recibió noticias más o menos
favorables con los resultados de Wal-Mart (+3,9%) y Home
Depot (+5,3%).
En el
mercado de materias primas el temor a una recesión global volvió a impulsar las
compras de oro, que cerró en máximos históricos de 1.785 dólares la onza. En
negativo acabó la cotización del crudo West Texas Intermediate, de referencia
en EEUU, que cayó un 1,4%, hasta 86,65 dólares. El euro, por su parte, acusó
los malos datos de PIB de la euro zona y retrocedió en su cruce con el billete
verde, hasta los 1,43 dólares.