Singh, de 78 años, desestimó el ayuno de Anna Hazare como “totalmente equivocado”, lo que provocó indignación mientras los legisladores consideraban que era una “vergüenza”.

Hazare, de 74 años, realizaba el ayuno mientras miles de sus seguidores se reunían fuera de la cárcel. Alentados por mensajes de sitios de redes sociales como Twitter y Facebook, al menos 15 mil personas se reunieron en el centro de Delhi.

Entre quienes apoyan a Hazare hay jóvenes indios de clase media, la mayoría de los cuales conocen la lucha de Gandhi sólo por los libros. Cientos de ellos nutrieron el grueso de la concentración protagonizada junto a la cárcel de Delhi en la que está recluso el activista.

Fiel seguidor de la doctrina de la no violencia predicada por Gandhi y de las huelgas de hambre a las que éste recurrió para conseguir la independencia de la India, Hazare fue arrestado el martes cuando se disponía a iniciar una huelga en protesta por la corrupción del gobierno en India.

Aunque horas después el gobierno indio le concedió la libertad condicional, rechazó salir hasta que las autoridades se comprometieran a permitir que prosiga con su ayuno en un parque capitalino.

La respuesta del primer ministro indio Manmohan Singh fue acusar a Hazare de tratar de violar la democracia. Singh enfatizó que la opinión del activista no es la única que cuenta para mil 200 millones de indios. Además, agregó, los ciudadanos deben dejar al Parlamento hacer el trabajo para el cual fue elegido.