El funcionamiento del Congreso está poniendo en evidencia el cambio que se ha operado a favor del gobierno, aunque todavía no se realizó la elección presidencial. En la Cámara de Diputados de la Nación, sobre 257 legisladores el oficialismo y sus aliados tienen 116, a 13 bancas de la mayoría. Pese a ello, la oposición fracasó durante la semana en lograr dictamen de comisión para el proyecto de boleta única que impulsaban todos sus bloques, mientras que el Frente para la Victoria (FpV) logró avanzar con el proyecto de ley que limita la compra de tierras por parte de extranjeros. Fortalecido políticamente el oficialismo, ahora busca la aprobación del presupuesto 2012 sin esperar a los nuevos legisladores que asumirán el 10 de diciembre. De repetirse el resultado del 14 de agosto, el oficialismo quedaría con 125 bancas, a sólo 4 de la mayoría, pero es probable que el presupuesto sea aprobado con la actual composición de la Cámara, al mostrarse los bloques opositores dispuestos a aprobarlo y aumentar seguramente los aliados del FpV. En cuanto al Senado, el oficialismo tiene ya la mayoría de 37 y después del 10 de diciembre mantendrá una situación similar, aunque probablemente aumenten sus aliados. En el PJ, el gobernador electo de Córdoba (De la Sota) ha decidido retirar su lista de candidatos a diputados nacionales para subordinarse así al oficialismo nacional; el ex jefe de gabinete Alberto Fernández, fuerte crítico de la Presidente, ha solicitado ahora formar parte del debate del proyecto y Hugo Moyano ha desarticulado su proyecto político bonaerense. Por su parte Scioli está sumando a figuras como Pampuro y Solá -relegado el primero y enfrentado el segundo- con el oficialismo nacional. En este marco, desde la oposición Stolbizer no descartó un tercer mandato de la Presidente y Narváez alertó sobre el riesgo de hegemonía como sucede en Tucumán, donde el gobernador ha logrado un tercer mandato consecutivo mediante una interpretación judicial.

Mientras el oficialismo insiste con su idea de profundizar el modelo, en el sector empresario se busca la proximidad con el poder. Tanto la reunión del Council de las Américas como la conmemoración del día de la industria realizado en Tecnópolis, mostraron al empresariado dispuesto a apoyar al gobierno frente al cambio de la situación política creado por la preelección y la cuasi-certeza de que vienen cuatro años más de Cristina. Mientras tanto, el oficialismo anuncia que después de la elección no reanudará relaciones con el FMI y en el Congreso de economistas oficialistas convocado por AEDA, en el cual expusieron varios ministros, se ratificó la necesidad de un mayor rol del estado en la economía, la necesidad de una política heterodoxa y la idea de que el crecimiento es generado por la industria y no por el campo, pese al record en el precio de la soja registrado en agosto. Pero la señal política más relevante fue el ataque del ministro del Interior (Randazzo) a los diarios Clarín y La Nación por haber publicado afirmaciones de jueces electorales sobre irregularidades en la elección. El conflicto con los medios es la parte del modelo cristinista que más se asemeja a populismo, al coincidir con lo que está sucediendo en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. En el nuevo gobierno La Cámpora por un lado y la Gran Macro de Boudou por otro se proyectan como el ala radicalizada y moderada, respectivamente, del modelocristinista. En cuanto al lanzamiento del plan para el agro, es un gesto electoral que no anticipa políticas.

Al mismo tiempo, la oposición no logra generar una estrategia eficaz para polarizar el 50% del voto opositor, que hoy podría ser menos. Si la elección fuera hoy, posiblemente el socialista Binner estaría en el segundo lugar y el disidente Rodríguez Saá en el tercero. Alfonsín y Duhalde pasarían al cuarto y quinto, dada la disconformidad que muestran sus votantes con ellos. En el radicalismo la crisis se profundiza y el hecho que el candidato a gobernador del partido en Mendoza (Iglesias) proponga cortar boleta para permitir que no se vote por Alfonsín y que un ex precandidato presidencial (Sanz) lo apoye, es una evidencia al respecto. En el peronismo disidente Duhalde retoma la campaña en los hechos liderados por su esposa (Chiche), pero con poco entusiasmo. Pese a ello, Duhalde y Alfonsín han alcanzado un acuerdo para fiscalizar en conjunto la elección del 23 de octubre. En la provincia de Buenos Aires Narváez ha decidido concentrarse en el distrito, negociando con Adolfo Rodríguez Saá -que no puede presentarse por decisión judicial- sumar su apoyo. Por su parte Macri llega a un acuerdo parcial con Duhalde para sumar su apoyo en la cuarta sección electoral de la provincia.

El dramático Caso Candela reinstala el tema de la inseguridad pública a menos de dos meses de las elecciones, pero sin que la oposición tenga capacidad de capitalizarlo. La inseguridad es la primera demanda de la opinión pública argentina. Frente al problema, la política del oficialismo ha sido plantear que no es una cuestión crítica comparada con otros países de la región y que los medios la exageran para desgastar al gobierno. Un caso de alto impacto social como éste reinstaló la cuestión, frente a la cual elcristinismo no tiene política. Desde la Casa Rosada inicialmente se trató de orientar la responsabilidad hacia Scioli y su política de seguridad, tras lo cual se advirtió que un traspié del gobernador podía implicar un costo político para el oficialismo en el ámbito nacional. Pero la oposición en sus diversas expresiones no está en aptitud política de aprovechar esta situación. Por el contrario, el gobierno lo aprovechó para volver a criticar a los medios -no a los artistas- por su rol en el caso al apoyar y publicitar el reclamo popular por la aparición de la niña asesinada.

En conclusión: El dominio que el oficialismo tiene del Congreso sin que hayan asumido los nuevos legisladores, evidencia el cambio a su favor que implica la preelección del 14 de agosto; mientras el oficialismo insiste en su tesis de profundizar el modelo, el sector empresario parece alinearse rápidamente con el gobierno dado su previsible y contundente triunfo el 23 de octubre; en la oposición, si bien Binner y Rodríguez Saá parecen crecer sobre Duhalde y Alfonsín, no logra generarse una alternativa para polarizar el voto; por último, si bien el caso Candela reinstala el tema de la inseguridad, que es prioritario para la opinión pública y ello no le conviene al oficialismo, la oposición no tiene capacidad para capitalizarlo.