Un atentado dirigido contra el gobierno de transición el cual cuenta con el apoyo de Naciones Unidas, organización que no ha podido hacer nada para evitarlo.
A las hambrunas que se han cebado con buena parte de su sociedad, se une el riesgo siempre presente del terrorismo. Éste hoy ha irrumpido, cobrándose la vida de 50 personas. No es algo nuevo, puesto que el pasado mes de julio sufrió otro brutal ataque. Ha sido un ataque suicida efectuado por Los Shahab, como nos cuenta
El Mundo, ofreciendo un importante testimonio de un insurgente quien “justificó” así la macabra acción:
“un muyahidin se ha sacrificado para matar a responsables del gobierno federal de transición, soldados de la Unión Africana e informadores que se encontraban en el edificio gubernamental". Este grupo terrorista combate al gobierno de Somalia, el cual cuenta con el apoyo de Naciones Unidas. En este sentido,
El País nos sirve las declaraciones del representante de Naciones Unidas en la zona:
“desde la retirada de Al Shabab en agosto hemos temido que la milicia adoptara una estrategia consistente en ataques terroristas puntuales". Guerra civil, ausencia de un gobierno efectivo desde 1991…son algunos de los datos que nos ofrece el rotativo argentino
Clarín para contextualizar la noticia. El ataque tenía, entre sus objetivos, edificios, personal e infraestructura del gobierno de transición. Intervención de las fuerzas pacificadoras de la Unión Africana en el lugar de los hechos para tratar de restablecer el orden, nos cuenta
El Comercio. Conforme transcurrió el tiempo, el número de víctimas mortales, de tal modo que
El País de Uruguay hablaba de 70 y
La Vanguardia sitúa la cifra en “un centenar de estudiantes”, algo que también hace
La Razón.
El País habla de “decenas de muertos” y sobre todo ofrece una descripción resumida pero muy completa de la actual realidad de Somalia: crisis humanitaria azotada por el hambre y la sequía que se va extendiendo, con más de 12 millones afectadas.