Los actuales problemas de Europa son totalmente auto inflingidos. Sin embargo, esto no significa que el resultado sea menos catastrófico. Al subvertir las raíces de su propia cultura judeocristiana – proceso que empezó con la Ilustración francesa (en oposición a la Ilustración escocesa que no fue antireligiosa) se creó un vacío religioso y cultural en el corazón de la civilización europea.
El colapso de la fe en todos sus valores nos ha llevado a un colapso demográfico que no sorprende a nadie porque una civilización que ya no cree en su propio futuro también rechaza la procreación. Hoy una nueva religión y cultura están suplantando a la anterior. Es poco lo que uno puede hacer al respecto pero pida un milagro... Los problemas de inmigración de Estados Unidos palidecen en comparación con lo que Europa enfrenta. La mayoría de minorías étnicas en Estados Unidos – negros al igual que hispanos – son cristianos y la cultura dominante también está arraigada en el cristianismo.
En Europa, la cultura laica postcristiana se enfrenta a la musulmana. La cultura laica es hedonista y sólo valora la vida presente porque no cree en la vida después de la muerte. Por eso se rendirá ante cualquier amenaza de muerte porque esta vida es la única que tiene para perder. Por eso aceptará la sumisión sin pelear por su libertad. Nadie pelea para defender la bandera del hedonismo, ni siquiera los mismos hedonistas.
Uno también podría ponerlo en una manera ligeramente distinta: A Europa le falta lo que Estados Unidos todavía tiene, es decir lo que se conoce como “reservas conservadoras” o como lo explicó el sociólogo alemán Arnold Gehlen hace más de 30 años: “reservas de energía nacional y confianza en sí misma, elementalidad y generosidad, riqueza y potencial de todo tipo”. Cada cierto tiempo viajo a Estados Unidos para recargar mis baterías y no soy el único europeo conservador que lo hace. De vez en cuando uno necesita respirar el aire de la libertad antes de sumergirse nuevamente en la agobiante atmósfera de Europa.
Las “reservas conservadoras” de Estados Unidos son mucho más fuertes que las de Europa porque Estados Unidos, a diferencia de Europa, ha permanecido ligada en mayor medida a sus raíces de valores cristianos tradicionales. No dudo que si estos valores siguen decayendo en Estados Unidos, la cultura americana colapsará al igual que la cultura europea ya ha colapsado. Sin embargo, Estados Unidos puede aprender de la inminente catástrofe europea y evitar un destino similar.
La vieja civilización europea – la pre laica o la pre postcristiana – perdurará en Estados Unidos. Si desaparece allí también, la humanidad volverá a sumirse en la oscuridad de una Edad Media que ahora ya se está adueñando de Europa, la cuna de la civilización occidental.
Supongo que uno puede sentirse triste por todo esto, pero tristeza no es lo que yo siento. Uno puede sentir compasión por aquellos que mueren en accidentes, caen en las guerras o son asesinados (como la incontable cantidad de bebés sin nacer que desaparecen cada día) pero ¿puede uno compadecerse de aquellos que han matado su propio futuro por los placeres del presente? El aprieto en el que está Europa, repito, es totalmente autoinflingido. El islam no tiene la culpa. La tiene el laicismo.
La década venidera será testigo de la guerra entre los valores del islam y los “valores” laicos de la izquierda decadente, hedonista y post-marxista. Hemos visto los asesinatos de Pim Fortuyn y de Theo van Gogh, el preludio de una guerra civil francesa en Noviembre pasado, el caso de las viñetas danesas. Es sólo el principio del principio. No me considero pesimista, simplemente realista. Es muy claro quién va a perder y de quién es la culpa.
El Dr. Paul Belien es fundador del think-tank de corte clásico liberal Centre for the New Europe con sede en Bruselas y editor en jefe del popular The Brussels Journal.
©2006 Paul Belien
©2006 Traducido por Miryam Lindberg
