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04/03/2006 | ¿Qué es un sector estratégico?

Darío Valcarcel

Todos los sectores son estratégicos, explicaba Raymond Aron en 1979. Siete alumnos asistíamos a su curso: el maestro peleaba por cada metro de terreno dialéctico mientras el sol de noviembre entraba con fuerza por las ventanas del piso alto del Collège de France.

 

Aron explicó por qué la Comunidad Europea podría fraguar a gran velocidad, aunque su real integración económica tardara 50 años en llegar. Todos los sectores son estratégicos, desde el agua o el trigo hasta los satélites y la robótica. Pero si buscamos y rebuscamos, repetía, sólo cuatro áreas lo son de verdad: investigación, cultura, defensa y energía. Hay un solo poder con cohesión suficiente, Estados Unidos, pero la Comunidad Europea será pronto un gran aliado y un gran rival, económico y político. La URSS no tiene ya aliento para seguir (fueron sus palabras: Breznev vivía). China e India tardarán al menos 30 años en despegar: todo quedó grabado en la cinta magnetofónica.

Añadió alguna aclaración: si hablamos de energía no hablamos de compañías que la generan, transportan o venden. Esas son sociedades como Lyonnaise o la SNCF (agua, ferrocarril). Hablo de lo que une a esos cuatro sectores -defensa, investigación, cultura, energía- y les permite, conectados entre sí, mantener ese supuesto único, la paz, sin el que nuestras expectativas aquí, esta mañana, serían tiempo perdido. La energía ha de mantener abiertos los mercados, accesibles. Si se cierran, será catastrófico: lo fue en 1939 y hoy sería peor (cuatro décadas después, en 1979, el 80 por ciento de la electricidad francesa era, como hoy, de origen nuclear). Aron defendía una Europa integrada y una base democrática que amparara las condiciones necesarias: libertad de contratar, vigilancia de los estados, constante capacidad de respuesta de los legisladores para conocer y ordenar cada realidad nueva.

Pasemos a España y Francia, invierno de 2006: Suez, una gran compañía francesa, no quería ser absorbida por la italiana Enel. Gaz de France no ha hecho una opa hostil contra Suez, sino una propuesta amistosa. Gérard Mestrallet, responsable de Suez, dirigirá el nuevo grupo. Jean-Francois Cirelli, PDG de Gaz de France, será el segundo de Mestrallet. Los responsables de Suez y los principales accionistas de la compañía, muchos de ellos no franceses, no querían depender de un grupo italiano. El mercado único de la energía avanza pero no está hecho. El caso español es distinto: ¿quiénes alentaron a Gas Natural, desde fuera del mundo empresarial, a lanzar una oferta hostil contra Endesa? Toda opa hostil, escribíamos el jueves pasado, es peligrosa. Como es peligrosa la mezcla de intereses políticos de corto plazo con intereses empresariales de largo plazo. En el tablero europeo, las posibilidades de GN no han hecho sino empeorar en estos cinco meses. Al final su situación creó una dificultad creciente al gobierno de Rodríguez Zapatero. Anteayer el vicepresidente económico, Pedro Solbes, reafirmaba su razonable criterio: son los accionistas de Endesa los llamados a decidir sobre el futuro de su sociedad. En un sector regulado, los gobiernos son sólo responsables de las decisiones regulatorias. Lo que equivale a decir: todo se puede forzar en este mundo, pero la razón de ser de Europa es no forzar la ley. Entre tanto el presidente de la CNMV, Manuel Conthe, recordaba a Gas Natural su deber de mantener, solo, la opa hostil, sin alianzas. El entramado institucional es ya entre nosotros demasiado fuerte, no poco diáfano, interdependiente. No se puede ser europeísta en los discursos y localista en el día a día.

Esperamos que, hacia 2020, nadie plantee en Europa cuestiones de nacionalidad. El mercado de la energía estará entonces, esperémoslo, unificado. Dentro de 15 años los terrores de hoy nos parecerán pequeños brotes de filisteismo empresarial, condenables arbitrariedades, batallas de campanario. Por el momento, E.ON se propone mantener a Endesa con autonomía suficiente para dirigir el negocio español y el latinoamericano. En este punto, el contraste es fuerte: GN habló de trocear Endesa. La construcción de Europa necesita grandes compañías competitivas, imposibles de opar. E.ON-Endesa podrá ser una de ellas, como lo son hoy Telefónica o Grupo Santander, BBVA, ACS o Acciona.

ABC (España)

 



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