Evo Morales, flamante presidente de Bolivia, es amigo de Rodriguez Zapatero el presidente del gobierno de España. La verdad, dicen,  es que no se conocian hasta hace bien poco. Ambos predican la bondad universal y se aplican en la estrategia del populismo benefactor. Versión contemporanea del "todo para el pueblo" pero sin el pueblo. Esto, último,  claro no lo dicen. Les basta propagar el "fracaso" de la democracia para solucionar el problema de los pobres o asegurar que la pobreza es responsabilidad de una suerte de neoliberalismo privatizador causante de todos los males.

Han resucitado a los nacionalismos localistas y creen que la globalización tiene enormes peligros para los pobres y desfavorecidos. Ganan elecciones democráticas. En Bolivia bajo la amenaza de la insurreción civil y en España después de una masacre terrorista aun sin explicar y "responsabilidad" del anterior gobierno por su "temeraria" política exterior.

Morales y Rodriguez Zapatero son amigos. La izquierda populista se abre camino en América Latina. Morales ganó al grito de "el gas para Bolivia" y ahora es deudo de sus promesas. Pretende nacionalizar la compañía hispano-argentina y conseguir al menos el 51 % de su capital.

Los resultados en desarrollo y crecimiento, empleo, bienestar y por lo tanto lucha contra la pobreza, logrados en Bolivia por la empresa Repsol YPF y muchas otras españolas son muy superiores a los logrados por la ayuda pública española, al desarrollo, con sus amplias donaciones y subvenciones. Cualquier análisis serio no resistiría una comparación.
 
En Bolivia detienen a dos directivos de Repsol y el gobierno español, al parecer pactó con Morales lo contrario. Hace bien la oposición en España en pedir explicaciones. La diplomacia oficial, en pocos dias nos venderá una solución satisfactoria para todos. Pero nos cuentan que Respsol-YPF, o Repsol a secas busca ya "otros caminos". Si el gobierno español les deja.