Pero en la era de Twitter, Facebook, Linkedin y el ciclo de 24 horas todo noticias nadie puede impedir que los periodistas hagan fotos con sus teléfonos móviles y «colgarlas» en las redes sociales como ocurrió ayer para mostrar a Romney hablar en un estadio medio vacío. 

Y así fue cómo el candidato presentó su plan económico dirigido a las clases medias y a las familias que pasan apuros. Romney quiso poner el acento en las políticas económicas en las que ha naufragado el presidente Barack Obama. También utilizó su discurso para convencer a los que dudan de que llevará políticas conservadoras a la Casa Blanca. En definitiva, hacerles ver que él es su candidato. A pesar del fiasco del escenario, su equipo está pendiente de los resultados de las últimas encuestas, en las que no sólo ha recuperado posiciones, sino que también bate al senador Rick Santorum en Michigan (por seis puntos) y Arizona (por 13), donde se celebrarán las próximas elecciones primarias el próximo martes. 

Santorum,  ex gobernador de Massachusetts, cargó contra lo que considera «una presidencia de fracasos. Hemos visto fallos en el liderazgo. Quiero restaurar la promesa de Estados Unidos», recordó el candidato republicano, que atacó a Obama por no haber cumplido sus tres promesas de reducir el desempleo, equilibrar el presupuesto y velar por el Medicare (programa de seguro social administrado por el Gobierno para las personas mayores de 65 años y los jóvenes con discapacidades). «Me desharé del Obamacare», dijo en referencia a la ley de Reforma Sanitaria Obama, que a su juicio es un programa social de 3.000 millones de dólares y «mala medicina y malas políticas».  

La amenaza iraní

Romney se ciñó estrictamente al guión. Con traje y ayudado por los teleprompters, contestó a tres preguntas acordadas previamente sobre China, la amenaza de Irán y sus posibilidades de ganar en noviembre. Romney está pendiente de los resultados de su estado natal, donde su padre fue gobernador. En un principio, se podía haber esperado una victoria fácil. Pero todo se torció por culpa de un  artículo que escribió en 2008 en el periódico «The New York Times», en el que en medio de la gran crisis, pidió que se dejase caer en bancarrota a la industria del automóvil, cuyo centro se encuentra precisamente en Detroit, la capital de Michigan.

- Rebajar los impuestos de las corporaciones del 35% al 25%.

-Recortar los impuestos al 20%. n Reducir la presión fiscal a las familias que ganen menos de 200.000 dólares al año.

- Eliminación de las tasas por herencia.

- Suprimir la reforma sanitaria conocida como  Obamacare, que da cobertura a más de 40 millones de personas. 

- Fortalecer el Medicare (programa para las personas mayores de 65 años y jóvenes con discapacidades)n Mantenimiento de la Seguridad Social.