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08/04/2006 | Hay agua en demasía, pero mal repartida

M. de Regil, A. Audi , F. Ramírez de Aguilar L.

Aunque nunca se va a acabar el agua en la Tierra, señala la ONU, para 2025 al menos un tercio de la población mundial enfrentará severos problemas de escasez del vital líquido y de capacidad para atender la demanda de alimentos, advierte por su parte el secretariado del IV Foro Mundial del Agua.

 

"Es cierto que hay mucha agua en nuestra tierra, en ocasiones en demasía. Pero año tras año los recursos por habitante siguen en constante disminución", planteó Looc Fauchon, presidente del Consejo Mundial del Agua, durante el IV Foro Mundial del Agua realizado en marzo en la ciudad de México.

Cerca de mil 200 millones de personas -20 por ciento de la población- sufren escasez de agua y, aunque el ciclo hídrico la renueva, se calcula que para 2025 serán dos mil 700 millones de seres humanos los que enfrentarán una grave crisis cuya mayor dimensión será en el hemisferio sur, sostiene César Herrera, secretario general del Foro.

"Año tras año los recursos por habitante siguen en constante disminución y todavía son numerosos los seres en el mundo que apenas cuentan con unos 20 litros de agua al día para aprovecharlos en la alimentación y la higiene", lamenta Fauchon.

Los responsables de ese desequilibrio, señala, son la demografía no controlada y sus "megaciudades tentaculares", en las cuales el hacinamiento de las personas, la escasez del líquido y la ausencia de saneamiento favorecen la desnutrición, la enfermedad, la ignorancia, la pobreza y las desigualdades de todo tipo.

También son responsables la contaminación creciente, la deforestación, la degradación del suelo y sus salinización, los cuales amenazan el equilibrio y, a veces, la supervivencia de los ecosistemas terrestres, pluviales y marinos.

México no ha estado ajeno a esos fenómenos. En las últimas tres décadas, la disponibilidad de agua por habitante disminuyó en más de 50 por ciento (de nueve mil 815 metros cúbicos por año a cuatro mil 706 ) y se estima que para 2025 la cantidad se reduzca a más de 60 por ciento (tres mil 807 metros cúbicos al año por persona, cuando la población del país sea de casi 125 millones).

Las variaciones en el clima regional, como consecuencia del cambio climático global, pueden agudizar los problemas existentes para garantizar el abasto de agua mundial.

La escasez de agua para consumo humano o para el agro es un problema real en partes de Europa, Norte, Centro y Suramérica, China, la India y la mitad de África.

Ello hace evidente que la distribución desigual de agua dulce es un problema que, si no es resuelto de manera razonable y equilibrada, causará conflictos de todo tipo, hasta militares.

Con ambiciosa mira, algunos países se han planteado la posibilidad de crear sistemas de importación y exportación de agua hacia otras naciones, pero gobiernos como el de Canadá -nación que posee buena parte de la reserva mundial de agua dulce- está en contra de exportarla hacia Estados Unidos, por ejemplo, pues considera por ser el agua un recurso vital, "crearía una relación de dependencia creciente, irreversible e indestructible" con un poderoso vecino.

Científicos y ambientalistas que se especializan en el tema opinan que la solución a la escasez no es importar el agua, sino reducir su uso en 10 por ciento en los próximos 25 años para conservar los recursos existentes.

Mientras se alcanza una solución, el problema ya está entre las naciones; ya es "inaceptable la situación de centenares de millones de mujeres y niños que cada mañana deben caminar incluso por horas para encontrar agua", describe Fauchon, presidente del Consejo que es parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El Financiero (MX) (Mexico)

 



 
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