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03/07/2012 | La aldea global y la civilización II

Armando Ribas

Las comunicaciones han permitido hacer del mundo lo que hoy se califica como la Aldea Global. Ese objetivo lo propuso David Hume hace más de doscientos años, cuando escribiera: “La riqueza de tu vecino no te perjudica sino que te beneficia”.

 

Podría decir que la primera vez en la historia que un pueblo pareció percatarse de esa enseñanza se produjo al final de la Segunda Guerra Mundial. Así fue que Estados Unidos en lugar de pedir reparaciones les reparó su economía Plan Marshall mediante. Hoy parecería que la China se ha tomado conciencia de esa realidad, y en función de ella le sigue comprando bonos a Estados Unidos.

Ahora bien, es asimismo necesario que tomemos conciencia de cuales fueron los factores determinantes de que el mundo alcanzara este estadio. En el medio de la aldea que pareciera haber alcanzado la sabiduría de la universalidad, persiste una confusión pertinaz de ignorar el sistema que produjo lo que Alexander Bernstein denominara ¡El Nacimiento de la Abundancia”. Sistema confundido por Marx bajo la denominación de capitalismo y descalificarlo como la explotación del hombre por el hombre. Y diría que en la Aldea Global Marx está presente a través de la supuesta búsqueda de la igualdad. Tal proyecto que es el socialismo como la forma vigente de la demagogia.

Esa pretendida igualdad económica como eje de la ética política tiene como resultado la desigualdad política, entendiendo como tal el poder absoluto para violar los derechos individuales en nombre de las mayorías. Ese poder reparte la pobreza y se queda con riqueza de la denominada nomenclatura. Como bien dijera Alexis de Tocqueville: “El socialismo y la concentración del poder son frutos del mismo suelo”. Es decir que cada vez más que el proyecto que lleva al poder es el que destroza la economía y a los hechos me remito: El estado de bienestar en Europa y el populismo en América Latina. Hasta Lenin después de cuatro años de fracaso económicos se percató de que el socialismo era inviable como tal, y en función de ello escribió La Nueva Economía (NEP). Allí no solo reconoció la necesidad de la propiedad privada sino que dijo: “Los capitalistas están operando entre nosotros. Están operando como ladrones; hacen ganancias; pero ellos saben hacer las cosas. Nosotros tenemos poder político y un montón de recursos económicos y otros .nosotros tenemos todo lo que ustedes quieran excepto habilidad.” Y por último dijo: “La cosa básica es darle a los pequeños agricultores un incentivo y un estímulo para cultivar la tierra”.

Pero Marx está presente a través de Edward Bernstein que en 1899 escribió “Las Precondiciones del Socialismo” en el que predicaba que no hacía falta la revolución y que el socialismo era el heredero legítimo del liberalismo. Así escribió: “En nuestro tiempo, existe una casi incondicional garantía de que la mayoría en una comunidad democrática no hará ninguna ley que produzca una herida permanente a la libertad personal. Por supuesto no llegó a ver como el nazismo surgía de las fuentes socialistas mayoritarias prevalecientes en Alemania, como lo explica Von Hayek. No obstante esta realidad la izquierda tiene la capacidad histriónica de acusar a la supuesta extrema derecha de fascistas.

Vemos como históricamente las mayorías violan a través del socialismo los derechos individuales de las minorías, que constituyen la esencia misma de la libertad. Es decir se violan los derechos de propiedad y más importante aun el derecho del hombre a la búsqueda de su propia felicidad, que significa el considerar al interés privado contrario al interés general. Consecuentemente el estado representa, en el mejor sentido hegeliano, la ética de la sociedad. Y ya hemos aprendido que donde se violan los derechos individuales en función del llanto por los pobres, desaparece la creación de riqueza. Como muy bien dijera Ana Arendt; “Cuando se desconocen los derechos individuales en nombre de la compasión desaparecen la justicia y la libertad. Pero no obstante esa realidad indubitable, se pretende ignorar que la crisis europea es el resultado de la compasión puesta en práctica en el estado de bienestar, y se la pretende considerar como la crisis del capitalismo. Si existe una crisis del capitalismo es en Estados Unidos, donde a partir de Carter se comenzaron a violar principios fundamentales del Rule of Law en nombre de la demagogia de que todos los americanos tenían el derecho a una casa propia. De ahí surgió la especulación que generara la burbuja, que determinara la crisis del 2008.

Podemos ver entonces que en la Aldea Global, no obstante que se reconocen en gran medida los intereses comunes, se desconocen los intereses individuales en cada aldea en particular. Consecuentemente prevalece la creciente corrupción que se sustenta en los derechos de las mayorías de violar los derechos de las minorías, en violación del principio que constituyó el eje fundamental de la concepción política de Estados Unidos. Ya tenemos noticias de la corrupción prevaleciente en Bruselas, y más recientemente tenemos noticias de los hechos de corrupción que ha tenido lugar nada menos que en el Reino Unido. Pero no hay nada que hacer que al respecto sino tomar en cuenta las sabias palabras de Tocqueville: “Tanto son más fuertes los vicios del sistema que la virtud de los que lo practican” Y en ese sentido se pronunció Jeffersson cuando dijo: “Un despotismo electivo no es el gobierno por el que luchamos”.

Volviendo a nuestro medio donde evidentemente hemos ignorado las palabras de Vaclav Havel al respecto de que culturas hay muchas, pero civilización es una sola, donde se respetan los derechos individuales. Así la destitución de Lugo en el Paraguay ha sido considerada por los principales líderes de América Latina como una violación de la democracia. En nuestro medio violar los derechos de propiedad y de prensa como lo hacen Chávez, Ortega et al no es antidemocrático, la democracia supuestamente no tiene otra razón de ser que el voto de las mayorías.

Más preocupante podría decir que en esa línea se ha manifestado la Sra Hillary Clinton, a la cual yo le recuerdo la destitución de Nixon en el triste hecho del Watergate. De conformidad con su criterio respecto al caso de Paraguay, la destitución de Nixon habría sido un golpe de estado en Estados Unidos. Así aparentemente nos encontramos ante la misma instancia del caso de Honduras, cuando La Corte Suprema del país de conformidad con lo dispuesto por la constitución nacional decidió la destitución del presidente Zelaya por su pretensión de lograr el derecho a la reelección, en violación de lo dispuesto por la misma. A pesar de esta realidad el ex presidente, por supuesto amigo de Chávez y de Fidel Castro logró que la OEA decidiera la expulsión de Honduras y se le solicitó a Cuba que volviera a dicha institución. Propuesta que por supuesto fue rechazada por el criminal de América.

Vale recordar asimismo que esa disposición fue acordada por el gobierno del señor Obama y su Ministra la Sra. Clinton. Y no solo eso si no como muy bien destaca Mary O’Grady en un reciente artículo, después que Estados Unidos le sacó la visa a los funcionarios del gobierno de Honduras, recientemente se la otorgaron a la hija de Raúl Castro, que llegó a Estados Unidos para criticar la política con Cuba, pues Fidel votaría por Obama. En fin ¿donde estamos y a donde vamos en esta Aldea Global? Aldea en la cual aun su principal exponente parece haber perdido el rumbo de la civilización que creara.

 

Fundación Atlas 1853 (Argentina)

 



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