Annan, enviado para Siria de la ONU y la Liga Árabe, y Ban, secretario general de Naciones Unidas, viajarán en un momento crucial del conflicto que ya cuenta 16 meses: el Consejo de Seguridad tiene hasta el próximo viernes para renovar la misión de la ONU en Siria, pero está dividido sobre los llamados de las potencias occidentales para aplicar sanciones.

"Tan dividido que tal vez Annan y Ban ahora tienen la mayor influencia sobre Rusia y China para conseguir que se haga algo", dijo un alto diplomático del Consejo de Seguridad de la ONU que habló bajo condición de anonimato.

Rusia se resiste a aplicar sanciones contra el régimen sirio, y Annan se reunirá con el presidente, Vladimir Putin, y el ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, para sostener dos días de conversaciones en Moscú, dijo su portavoz, Ahmad Fawzi.

La renuencia de Rusia a actuar contra Damasco, su aliado, volvió a trabar una declaración del Consejo de Seguridad condenando la masacre de al menos 150 personas en el pueblo de Treimsa el pasado jueves.

Un proyecto de declaración que afirmaba la "violación" por parte del gobierno de Siria de sus compromisos internacionales se distribuyó entre los 15 miembros del Consejo el viernes, señalaron diplomáticos, pero los enviados de Rusia dijeron que no podían aprobarlo sin la anuencia de Moscú.

China ha secundado el rechazo de Rusia, por lo que Ban viaja a Pekín el lunes, oficialmente para una cumbre China-África. Pero Siria será prioridad en su agenda de conversaciones cuando se reúna con el presidente Hu Jintao, el primer ministro Wen Jiabao, el ministro de Relaciones Exteriores, Yang Jiechi, y otros dirigentes, dijo un funcionario de la ONU.

Ban dijo que la falta de acción internacional sobre Siria estaría dando "una licencia para nuevas masacres." El jefe de la ONU ya pidió a China que use su "influencia" para respaldar el plan de paz de Annan al hablar con Yang por teléfono el sábado, dijo su portavoz, Martin Nesirky.

Diplomáticos dijeron que China se opone a la acción principalmente debido a su fuerte alianza con Rusia en el Consejo de Seguridad, donde ambos normalmente votan juntos.

"El problema aquí es Rusia", dijo un diplomático del Consejo a condición de mantener su nombre en reserva.

"Su credibilidad en este asunto está hecha pedazos. No estoy diciendo que no estén trabajando tras de bastidores, pero está claro que no ha funcionado. Y tienen que admitir que no han presionado a Asad lo suficiente, o que lo han hecho pero no han logrado persuadirlo", dijo el diplomático.

Annan instó al Consejo de Seguridad a pedir "consecuencias" para cualquier acción del gobierno sirio que se salga del plan de seis puntos, que Asad ha aceptado pero no ha aplicado. El plan incluye la retirada de armamento pesado.

Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, Alemania y Portugal quieren aprobar esta semana una resolución que amenace con sanciones a Siria si el régimen de Asad no retira sus armas pesadas.

Rusia, que propuso una resolución en la que sólo se renueva la misión de la ONU, dijo que la amenaza es "inaceptable" y que no la apoyaría. Rusia y China han hecho uso en dos oportunidades de su derecho a veto como miembros permanentes del Consejo de Seguridad ante resoluciones que apenas mencionaban posibles medidas contra Damasco.

Moscú también ha dicho que el Consejo de Seguridad no puede forzar a Asad a dimitir como parte de la solución y que hay que presionar más a la oposición.

Diplomáticos ha advertido que la batalla del Consejo por Siria podría llevar al cierre de la misión de la ONU si no se logra un acuerdo sobre una resolución.

Las potencias occidentales sostienen que no tiene mucho sentido mantener a unos 300 observadores desarmados en Siria si no hay un alto el fuego o un proceso político que controlar.