na semana después de que Mario Segovia, conocido como el "rey de la efedrina" fuera condenado a 14 años de prisión por ser considerado responsable de formar parte de una banda que elaboraba metanfetaminas y enviaba efedrina de contrabando hacia México, el diputado nacional Francisco De Narváez volvió a denunciar una "burda operación" del Gobierno en su contra.

Lo hizo en una carta de lectores enviada a LA NACION en la que aludió así a lo ocurrido en 2009 pocas semanas antes de las elecciones legislativas en las que el legislador venció a Néstor Kirchner, cuando se lo investigó por presuntos vínculos con Segovia.

"Por aquellos días, el kirchnerismo y sus principales figuras me adjudicaban vínculos con la efedrina con la complicidad de un juez cuestionado por corrupción. Y para ello utilizaban todos los medios de comunicación propios y financiados íntegramente por el gobierno nacional. Sólo les faltó mentir sobre mi familia y sobre mí en cadena nacional", señala De Narváez en la carta. Se refiere al juez federal Federico Faggionato Márquez, destituido por su actuación en la causa.

Los hechos

En plena campaña electoral de 2009, la Aduana dio a conocer que De Narváez figuraba en una causa por contrabando de CD y DVD en la que se investigaba a Segovia. Según constaba en ese expediente se habían hecho tres llamadas desde un celular a nombre del diputado a un teléfono del "rey de la efedrina". Ante la Justicia, Narváez explicó que el teléfono desde el cual se habrían hecho las llamadas era usado por un empleado de un establecimiento de su propiedad en Luján.

Poco tiempo después, Segovia denunció que Faggionato Márquez le había pedido que involucrara a De Narváez, a cambio de beneficiarlo y evitar que su padre y su cuñado fueran detenidos.

"El camino del miedo"

En la carta de lectores, el diputado planteó que la condena a Segovia "pasó casi inadvertida para la sociedad" pero no así para él y su familia. "Todavía recuerdo con muchísima bronca e impotencia imágenes de mi familia asociadas al dolor", escribió.

Denunció además "el proceder macabro de los operadores kirchneristas, ministros y periodistas, siempre funcionales a Néstor y Cristina Kirchner" y, a modo de conclusión, advirtió: "El kirchnerismo, brutal, no debe volver a utilizar el camino del miedo para intentar amedrentar a quienes piensan distinto y quieren la libertad, por sobre todas las cosas".