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30/04/2006 | Una mirada de fe: el evangelio de Judas y la fe católica

Oscar Rodríguez Blanco, s.d.b.

Ciertamente hay un interés bien marcado en querer presentar este evangelio como un reto para la Iglesia Católica y poner en crisis su doctrina.

 

El pasado 6 de abril, la National Geographic Society, hizo público un trabajo de restauración y traducción de un antiguo manuscrito llamado el evangelio de Judas.

El trabajo ha sido el resultado de un costoso análisis llevado a cabo por paleontólogos, restauradores, traductores, arqueólogos y muchas otras personas.

Según el parecer de expertos en Biblia, este documento es un manuscrito del IV o V siglo, y es copia de un documento anterior, redactado por la secta gnóstica de los Cainitas.

En la literatura bíblica existen muchos escritos llamados apócrifos, que nunca han sido admitidos por la autoridad de la iglesia como “inspirados” por Dios, y no contienen por lo tanto, la Verdad de la Revelación Divina.

El valor de estos escritos puede ser histórico, pero no teológico o doctrinal. Entre estos escritos se encuentran el evangelio de Tomás, el de Pedro, el de María, el de Felipe y muchos otros.

El evangelio de Judas está considerado como un escrito apócrifo, uno más de entre los muchos que ya existen. Los escritos apócrifos siempre fueron rechazados por los cristianos por ser incompatibles con la fe.

La iglesia nunca ha ocultado estos escritos y hasta han sido editados por las mejores editoriales del mundo como es la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Son manuscritos que obedecen a la fantasía del autor, que buscaba satisfacer la curiosidad de las personas.

En el caso del evangelio de Judas, a éste se le presenta en forma positiva, obedeciendo la orden de Dios de entregar a Jesús a las autoridades para “la salvación del mundo”.

Judas, según el documento, no fue el traidor que vendió a Jesús por unas monedas, sino el discípulo privilegiado al que encarga la misión más difícil: Sacrificarlo. Algunos de estos evangelios apócrifos, entre los que se encuentra el de Judas, pertenecen a sectas gnósticas, como la de los Cainitas, cuyo propósito principal eran reivindicar figuras del Antiguo y Nuevo Testamento, que cayeron en la maldad como Caín, que mató a su hermano Abel, y como Judas, que traicionó a Jesús.

Un texto de esta naturaleza, producto de la imaginación del que escribe, no puede constituir ningún peligro para la fe de los católicos, pues nada tiene que ver con el auténtico testimonio que dan los discipulitos del Señor y que estamos acostumbrados a leer en los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento.

Si bien es cierto que Pedro y Judas cometieron faltas algo parecidas, pues Pedro lo negó tres veces y Judas lo entregó, Pedro se arrepintió de su pecado y es recordado como un gran apóstol, Judas tomó la decisión de quitarse la vida.

Llama mucho la atención, que para la publicación de la noticia, se hayan escogido precisamente los días anteriores a la Semana Santa.

Ciertamente hay un interés bien marcado en querer presentar este evangelio como un reto para la Iglesia Católica y poner en crisis su doctrina.

Las palabras de Cristo a sus apóstoles “y las fuerzas del infierno no la podrán vencer” (Mt.16, 18), siguen teniendo el mismo valor, la iglesia es obra de Dios y no de los hombres, nadie podrá contra ella.

El cardenal arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval, señaló que “los enemigos de la iglesia están sacando argumentos antiguos, escritos apócrifos para confundir al pueblo y, el pueblo si no estudia su fe, se va a confundir”.

El padre Cantalamessa, predicador oficial del Papa, ha dicho que “se habla mucho de la traición de Judas y no se percibe que se está repitiendo porque Cristo sigue siendo vendido, ya no por los jefes del Sanedrín por treinta denarios, sino a los editores y libreros por miles de millones de denarios”.

Los evangelios de Marcos, Lucas, Mateo y Juan, son fuente segura para conocer a Jesús y saber quién fue Judas, sus autores materiales fueron inspirados por Dios y fueron testigos directos de la obra realizada por Cristo.

El Papa Benedicto XVI, meditando en la conducta de Judas dijo que en este apóstol “vemos la naturaleza del rechazo. Él evalúa a Jesús según las categorías del poder y del éxito: para él sólo poder y éxito son realidades, el amor no cuenta”.

Profundicemos los fundamentos históricos de nuestra fe para no dejarnos sorprender por los falsos profetas.

*Sacerdote salesiano..

Diario de Hoy (El Salvador)

 



 
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