Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
En Parrilla  
 
01/03/2013 | La penetración iraní en Sudamérica

Iván Petrella

El memorándum de entendimiento que nuestro gobierno firmó con Irán y nuestro Parlamento acaba de aprobar no es, para el contexto sudamericano, un caso de acercamiento aislado.

 

Todo lo contrario, en los últimos años un grupo de países de la región afianzó, como parte integral de su inserción en el mundo, sus lazos con la nación del Medio Oriente. Pero hay tres grandes diferencias: nosotros sufrimos un atentado terrorista en carne propia, nuestra política exterior tradicionalmente ha hecho de los derechos humanos y la no proliferación banderas fundamentales y la Argentina, como ningún otro país de América latina, ha tenido una política activa y responsable en el largo conflicto que afecta esa región.

La relación con Irán, por ejemplo, fue uno de los ejes con los que el presidente Lula intentó posicionar a Brasil como un jugador global. El presidente Ahmadinejad, ya duramente cuestionado por sus declaraciones sobre Israel y el Holocausto, visitó Brasil en 2009 y Lula visitó Irán al año siguiente. Como resultado firmaron documentos sobre comercio, apertura de líneas de crédito, tecnología, colaboración en el sector energético y un acuerdo, en alianza con Turquía, para el intercambio de combustible nuclear que sería supervisado por la Agencia Internacional de Energía Atómica.

Esto último se dio en el marco de las negociaciones sobre el programa nuclear iraní en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En el año 2010, como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Brasil votó junto con Turquía en contra de una resolución para sancionar a Irán por su programa de enriquecimiento de uranio. Fue una iniciativa sumamente controvertida y que despertó las críticas de Estados Unidos y otros países.

Con Ecuador la relación se profundizó a partir de que el presidente Rafael Correa invitara a Ahmadinejad a su asunción. En 2007, ambos mandatarios acordaron la apertura de una embajada iraní en Ecuador. Al año siguiente, Correa visitó Irán, suscribiendo convenios en el área energética, científica y agrícola. Además, el Banco Central de Ecuador aprobó el establecimiento de relaciones con el Banco de Desarrollo de Exportaciones de Irán para facilitar el comercio entre ambos países pese a que, un mes antes, esta entidad había sido sancionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos por prestar servicios financieros para promover el programa nuclear iraní.

A principios de 2009, Irán accedió a financiar la construcción de dos centrales eléctricas en Ecuador y luego le otorgó un préstamo de US$40 millones. Más recientemente, en el año 2012, Ahmadinejad visitó Ecuador como última etapa de su gira latinoamericana, en la cual también fue recibido en Venezuela, Nicaragua, Cuba y Brasil, y comenzaron negociaciones para la compra de petróleo iraní por un valor de US$400 millones.

Con Bolivia los lazos comenzaron a intensificarse en el año 2007, llevando ya tres visitas de Ahmadinejad a ese país y dos visitas de Evo Morales a Irán. En 2010, firmaron memorandos para la cooperación en el desarrollo de energía nuclear y baterías de litio, la compra de aviones y helicópteros para entrenamiento militar por parte del gobierno boliviano. También negociaron la apertura de una sucursal en Bolivia del Banco de Desarrollo de Exportaciones de Irán y la creación de un banco binacional.

Se conoce también el apoyo de Morales al programa de desarrollo nuclear iraní. Tras visitar Irán en el año 2010, afirmó: "No tengo por qué mentir: uno de los temas que avanzamos con Irán es evidentemente tener una planta nuclear para temas energéticos". Un hecho a destacar en la relación es la visita del ministro de Defensa iraní -uno de los acusados por el atentado de la AMIA y con pedido de captura de Interpol - para la inauguración del Colegio de Defensa de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) en el año 2011. Por último, durante la visita de Ahmadinejad en el año 2012 firmaron por primera vez un convenio de cooperación militar para fortalecer la lucha contra el narcotráfico, que incluye el entrenamiento de la fuerza antidroga boliviana en Irán.

Los lazos más profundos de Irán en la región son los que tiene con Venezuela. Chávez realizó nueve visitas oficiales a Irán desde el inicio de su primera presidencia mientras que Ahmadinejad ha visitado Venezuela seis veces. La compañía petrolera estatal de Venezuela (Pdvsa) y la iraní (PetroPars) formaron una empresa conjunta para la explotación del territorio de Anzoátegui. La misma cooperación existe con las empresas estatales del área petroquímica y ambos mandatarios inauguraron un banco binacional con base en Teherán.

El año pasado Ahmadinejad visitó Venezuela y anunció la ayuda de Irán para la construcción de drones. Firmaron, además, un acuerdo para construir una refinería de petróleo en Siria y existen sospechas que la Guardia Revolucionaria iraní ha brindado entrenamiento al servicio secreto venezolano y que Irán estaría construyendo una base de misiles en Venezuela.

Cabe notar que la relación con Irán para algunos de estos países llegó a ser priorizada por sobre el proyecto de unidad latinoamericana. Un ejemplo es la votación en la Asamblea General de Interpol de 2007, relativa las órdenes de captura de cinco ex funcionarios iraníes sospechados en el caso de la AMIA, un tema claramente central para nuestro país. Allí Brasil se abstuvo y Venezuela se ausentó, mientras que Nicaragua y Cuba votaron a favor de Irán. Es decir, que varios representantes de la región no acompañaron la gestión argentina.

¿El acercamiento de la Argentina a Irán es, entonces, igual a la de los demás países de la región? No. En primer lugar, hay que resaltar que el afianzamiento de relaciones con Irán se da dentro de los simpatizantes del "eje bolivariano" y no entre los países de la Alianza del Pacífico. Estos últimos apuestan a consolidar su institucionalidad y su crecimiento mirando hacia Occidente y Asia. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que, incluso dentro del eje bolivariano, la Argentina es tal vez el país que más parece desdeñar los equilibrios que ayudan a diversificar la propia inserción internacional. Brasil tiene acuerdos con Irán pero también tiene acuerdos estratégicos, entre ellos militares, con EE.UU., Francia y el Reino Unido que balancean sus intereses. Además, Dilma Roussef cambió el rumbo tomado por su predecesor para priorizar la relación con EE.UU. De la misma manera, Ecuador se acercó a EE.UU. y Bélgica para la reforma de su sistema educativo y utiliza el dólar como moneda. Bolivia emitió el año pasado deuda internacional a menos de 5%: no está aislada de los mercados de capitales. La Argentina, en cambio, está prácticamente sola, sin acuerdos comerciales y políticos excepto el Mercosur, acompañada tal vez únicamente por Venezuela, en su marginación respecto de las buenas prácticas globales.

Pero todo esto podría indicar algo mucho más profundo y preocupante. Indicaría que parte de América latina no está necesariamente incómoda por el hecho de estrechar relaciones con un país, como el Irán actual, que ha sido duramente censurado en materias de derechos humanos, calidad institucional y no proliferación nuclear por el Consejo de Derechos Humanos, la OIEA y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Probablemente estas circunstancias no signifiquen demasiado en términos de política "realista" para muchos de nuestros vecinos. Para la Argentina debería ser distinto. La Argentina, como motor político de América latina, ha sido actor equidistante y con gravitación en el conflicto de Medio Oriente, pionera en derechos humanos desde su generosa concepción sobre el asilo hasta nuestros días y reconocida por la no proliferación y autolimitación cuando era el único en la región con dominio de tecnología nuclear.

La percepción de que estaríamos "abdicando" de principios que fueron marca registrada por la diplomacia argentina preocupa por la brecha de confiabilidad que ello implica hacia el exterior y hacia adentro, en particular con los familiares que siguen sufriendo, en carne propia, el atentado de la AMIA. Encarar negociaciones formales con un Irán sospechado de promover el terrorismo por nuestra justicia y por otros países, es más riesgoso para la Argentina que para sus vecinos porque se da en un área muy sensible, relacionada con la paz y la seguridad, y porque estamos alejados de iniciativas estratégicas globales y de las grandes corrientes comerciales y financieras. No por nada Barack Obama le pidió a su nuevo canciller John Kerry un informe sobre las actividades de Irán en América latina. Si a esto sumamos nuestro distanciamiento de la Carta Democrática Interamericana y la Comisión de Derechos humanos de la OEA surge la preocupación de que estemos buscando un proyecto de alineamiento a contramano del mundo, e incluso de nuestra sub-región, y que en realidad no sería más que un peligroso callejón, de difícil salida, al cual llegaríamos por ceguera ideológica y torpeza.

La Nación (AR) (Argentina)

 


Otras Notas Relacionadas... ( Records 1 to 10 of 899 )
fecha titulo
19/01/2014 U.S.-Iran: Two Countries in the Iron Grip of Conservatives
16/01/2014 Iran is losing the battle of modern culture
21/12/2013 Iran’s hard-liners resist nuclear deal
08/12/2013 Time to Let Iran Prove Itself
26/11/2013 Obama se queda solo en la defensa del acuerdo con Irán
25/11/2013 Los puntos principales del acuerdo entre Irán y el Grupo 5+1
25/11/2013 Curbing Iran's nuclear programme - Modest, but still historic
09/11/2013 Cambio esperanzador
09/11/2013 Netanyahu denuncia que Irán va a lograr 'el acuerdo del siglo'
19/10/2013 China and Iran: Destined to Clash?


 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House