Nelson Castro es uno de los periodistas más conocidos de Argentina. Los jueves por la noche presenta un programa de entrevistas en el canal de televisión Todo Noticias, del grupo Clarín. Los domingos publica una página de opinión en el bisemanario Perfil. Y de lunes a viernes conduce un programa en Radio Continental, perteneciente al grupo PRISA. Nada de eso le impide sentarse cada mañana una hora ante su piano Steinway.

Tiene 58 años y es un cliente asiduo del Tortoni, tal vez el café más famoso en una ciudad llena de cafés. Le gusta que las sillas, las mesas y la mayoría de los camareros sigan siendo los mismos que cuando entró por primera vez, allá por los años setenta. Se graduó como periodista a los 20 años y como médico a los 25. A los 15 ya era concertista de guitarra clásica. Y a punto estuvo de ser director de orquesta. “Dos carreras se podían hacer, pero tres no. Creo que fue un alivio para la gente. Había empezado a tocar el piano cuando estudiaba dirección de orquesta; después, el piano se convirtió en una asignatura pendiente. Así que lo empecé a estudiar hace 10 años y ahora, una vez por mes, tomo clases de dirección de orquesta”.

Se especializó en neurología en Estados Unidos. Le apasionaba estudiar las enfermedades del cerebro y le atraía lo mucho que quedaba por conocer en ese campo. Combinó durante 14 años las dos profesiones. Hasta que se percató de que muchos pacientes buscaban al periodista famoso en vez de al neurólogo. “Con el correr del tiempo fue creciendo la carrera de periodista y no me arrepiento. Por supuesto sigo estudiando medicina, cada tanto veo algún paciente, eso no se pierde nunca. El tema de la salud y lo político me encanta”.

En 2005 publicó el libro Enfermos de poder, sobre la salud de los presidentes y sus consecuencias. Y este año sacó a la luz Los secretos de los últimos días de Perón, donde recabó el testimonio de los últimos médicos que atendieron al hombre que marcó la historia contemporánea de Argentina. Cuando se le pregunta por qué escribir sobre el general Juan Domingo Perón (1895-1974), menciona una de las frases más frecuentes entre muchos de sus compatriotas: “La Argentina es un país raro…”. Y enseguida razona: “La presencia de los muertos, sobre todo entre los peronistas, tiene una vigencia en la vida presente que no se ve en otros partidos de Latinoamérica. Vas a los despachos y te encontrás con la foto de Perón y Evita, y en nombre de ellos, como con la Biblia, se justifica todo. Es algo que la Argentina no ha podido superar”.

El local es muy ruidoso y siempre hay algún turista haciéndole fotos a algún rincón. El café tiene más de 150 años a sus espaldas y cultiva el recuerdo de Jorge Luis Borges, Carlos Gardel y Alfonsina Storni como clientes ilustres. Nelson Castro dice que lo interesante es cómo siguen conviviendo allí desde hace tanto tiempo el mundo turístico y el de la cultura porteña. Esa convivencia, el respeto hacia el otro, es lo que más echa en falta ahora en Argentina. “Hoy se vive una división en la sociedad como la que sufrió el país en los años cincuenta. Yo quiero mucho a la Argentina. Pero es la historia, hasta ahora, de un fracaso. Tenemos una capacidad impresionante para repetir el pasado”.