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14/10/2013 | Qué ocurrirá si América no paga

Guillermo D. Olmo

Demócratas y republicanos siguen sin llegar a un acuerdo para elevar el techo de deuda a pocos días de que el Tesoro agote su liquidez

 

A solo tres días de la temida fecha del 17 de octubre, el mundo se pregunta qué pasará si demócratas y republicanos no alcanzan en las próximas horas el imprescindible acuerdo para elevar el techo de la deuda pública estadounidense. Se acaba el tiempo antes de que las arcas del Tesoro se queden sin líquido y voces como la de Christine Lagarde, directora gerente del FMI, ya han advertido de que la economía mundial podría verse abocada a un «trastorno masivo». ¿De verdad es para tanto? A continuación, las preguntas y respuestas para aclarar el proceloso panorama.

¿Por qué el 17 de octubre?

La fecha del 17 de octubre es tan solo una estimación que dio el secretario del Tesoro, Jacob Lew, en una comparecencia en el Congreso el mes pasado, pero en realidad el día D podría ser mañana u hoy mismo, tan pronto como la hucha quede vacía.

-¿Qué pasará cuando se acabe el dinero?

Según José Luis Martínez, estratega de Citigroup, los mercados están acogiendo con relativa calma las horas previas a la fecha marcada en rojo en el calendario porque «todos ellos dan por hecho que, en el caso de que el Tesoro no pueda hacer frente a sus acreedores, la Reserva Federal entrará en acción» para evitar el incendio del sistema financiero. Es esa la garantía última con la que todos los agentes que operan en el marcado cuentan y que explica que de momento no cunda el pánico. A finales de este mes de octubre, Washington debe hacer frente al pago de 6.000 millones de dólares en intereses de la deuda. Lo que ocurra entonces, si los acreedores cobran o si no, o si se llega a una solución antes, sí será decisivo.

-¿Por qué los mercados no se resienten con la incertidumbre?

El actual es un contexto general alcista, lo que, unido a la tácita garantía de la Reserva Federal, hace que impere la calma. Nadie piensa que, al final, los Estados Unidos vayan a dejar de pagar. Tampoco las agencias de calificación, que, de momento, se mantienen a la expectativa. Hasta que no exista una percepción de deterioro real de la situación económica, algo que por ahora no reflejan los indicadores, no es previsible que la situación se descontrole.

-Entonces, ¿no pasa nada?

Sí, claro que pasa. La administración Federal lleva ya casi dos semanas parcialmente cerrada, con 800.000 empleados públicos sin trabajar y sin cobrar. Esto, obviamente, tiene consecuencias sobre la actividad económica y el PIB de los Estados Unidos, ya que se contraen el consumo y la inversión. De hecho, ya hay analistas que vaticinan un retroceso en el próximo dato trimestral de crecimiento, que podría caer del 2Ž5% que se esperaba a un mucho más modesto 1Ž5%, una pérdida de impulso que se dejará notar también a nivel global.

Por otra parte, el mensaje que trasladan los políticos estadounidenses es el de su desalentadora incapacidad para llegar a un acuerdo en un asunto de tan estratégica importancia, un factor de incertidumbre no letal por sí solo, pero sí de una innegable incidencia negativa en la economía.

ABC (España)

 



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