Primero, porque el presidente Chávez no es confiable. Su relación con Estados Unidos es dudosa, habla contra Estados Unidos, pero compra soya de Estados Unidos, vende petróleo a Estados Unidos y hasta regala hidrocarburos a varias poblaciones de Estados Unidos. Frente a esto, el Presidente venezolano dice “negocios son negocios”.

Segundo, porque no nos conviene. Con gasoducto del sur o sacando a Petrobras de Bolivia o lastimando la relación entre Brasil y Bolivia, está claro que el presidente Chávez quiere que los bolivianos compartamos el principal mercado de América Latina con Venezuela.

Reflexione, presidente Morales, habrá una historia antes de Evo y otra después. Antes Bolivia con monopolio de venta de gas a Brasil, el mercado más grande de la región. Después de Evo, el gas boliviano tendrá que competir con el gas venezolano.

Nuestro poder de negociación de precios y volúmenes de exportación será mucho menor, como también serán menores nuestros ingresos en el mediano plazo. ¿Nos conviene? ¿Qué dirán nuestros hijos?

Tercero, no es viable imitar al presidente Chávez. Amigo Evo, recuerde que Venezuela recibe por la exportación de hidrocarburos más de 200 millones de dólares por día; Bolivia sólo 1, en el mejor de los casos, si negocia muy bien con Brasil, Argentina y Chile, recibirá 2 millones de dólares/día.

Con tanto dinero el presidente Chávez puede imponer en Venezuela un modelo estatista/rentista. En Bolivia no, porque no tenemos tanto dinero para despilfarrar y segundo, porque si alimentamos una cultura rentista en la población, el Estado tendrá que resolver todo. Simplemente tendremos otra crisis de Estado en poco tiempo y usted Presidente, será la primera víctima, o simplemente saldrá como un mandatario más que no pudo resolver los grandes problemas.

Sea auténtico estimado Presidente, construya con todos los bolivianos un modelo de desarrollo propio sustentado en la fuerza solidaria y eficiente del Estado y en la fuerza competitiva y productiva de la iniciativa de productores independientes, comunidades productivas, exportadores, en fin bolivianos, que sabemos cómo ganarnos el pan de cada día con nuestro propio esfuerzo.

Pregúntese ¿Qué gana Bolivia convirtiendo a los pequeños productores independientes en rentistas del Estado?

Cuarto, Bolivia no es Venezuela, y los bolivianos no tenemos la misma mentalidad política y social que tienen los venezolanos. El presidente Chávez tiene actitudes autoritarias y una forma de trabajar corporativa. Allá el Gobierno controla la sociedad.

Los bolivianos ya sabemos qué hacer en estos casos, somos libres y rebeldes, no nos sometemos a nadie, ni a los fusiles. Por tanto, estimado Evo, no olvide que si no se aprende de la historia, muchas veces ésta se repite, los mismos movimientos sociales que llevan a líderes al poder, también los cambian y hasta los matan. Reflexione, amigo Presidente, la democracia es un patrimonio nacional. No olvide, Evo es el primer Presidente indígena. Tiene que ser un líder auténtico.

*Hernán Paredes M.
es economista, concejal municipal por UN en La Paz.