Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Economia y Finanzas  
 
02/01/2014 | Cede la fiebre fiscal

Paul Krugman

En 2012, el presidente Barack Obama, siempre esperanzado en que prevalezca la razón, pronosticó que su reelección finalmente haría que cediera “la fiebre” del Partido Republicano. No fue así.

 

Sin embargo, la intransigencia de la derecha no fue la única enfermedad que preocupó al cuerpo político de Estados Unidos en 2012. También estamos padeciendo fiebre fiscal: la insistencia por parte de prácticamente toda la elite política y mediática de que los déficits presupuestarios fueron nuestro problema económico más urgente y más importante, aun cuando el gobierno federal podía pedir prestado a tasas de interés increíblemente bajas.

En lugar de hablar de desempleo masivo y desigualdad en aumento, Washington estuvo casi exclusivamente centrado en la supuesta necesidad de recortar el gasto (lo cual empeoraría la crisis del empleo) y reducir la red de seguridad social (lo que empeoraría la desigualdad).

Así es que las buenas noticias son que, por fin, cedió esta fiebre, a diferencia de la del Tea Party.

Cierto, los regañones fiscales todavía andan por allí, y todavía reciben un trato reverencial por parte de algunas agencias de noticias. Como notó hace poco la publicación Columbia Journalism Review, muchos reporteros conservan el hábito de “tratar a la reducción del déficit como algo objetivo, no ideológico, en tanto que describen otros puntos de vista como partidistas o políticos”. Sin embargo, los regañones ya no pueden definir las fronteras de una opinión respetable. Por ejemplo, cuando los sospechosos habituales criticaron recientemente a la senadora Elizabeth Warren por el llamado que hizo a expandir la Seguridad Social, quedó claro que terminaron por mejorar la imagen de la senadora.

¿Qué cambió? Yo diría que, por lo menos, cuatro cosas pasaron para desacreditar a la ideología de la reducción del déficit.

Primera, la premisa política detrás del “centrismo” –que los republicanos moderados estarían dispuestos a encontrarse con los demócratas a mitad de camino en una Gran Negociación por la cual se combinarían aumentos fiscales y recortes al gasto– se hizo insostenible. No existen los republicanos moderados. Hasta el punto en el que hay debates entre el Tea Party y las alas del Partido Republicano que no son del Tea Party sobre estrategia política, mas no de contenido político.

Segunda, una combinación de recetas para aumentar impuestos y el descenso del gasto ha provocado que se hundan los préstamos federales. Esto es, en realidad, algo negativo porque las reducciones prematuras en los déficits dañan a nuestra economía aún débil; de hecho, probablemente estaríamos cerca del empleo pleno ahora si no fuera por la austeridad fiscal sin precedente de los últimos tres años. Sin embargo, un déficit en descenso ha debilitado las tácticas de amedrentamiento tan centrales en la causa “centrista”. Hasta las proyecciones a más largo plazo de la deuda federal ya no parecen para nada alarmantes.

Y hablando de tácticas de amedrentamiento, 2013 fue el año en el que periodistas y población por fin se aburrieron de los muchachos que gritaban lobo. Hubo una época en la que el público escuchaba absorto los pronósticos de la ruina fiscal; por ejemplo, cuando Erskine Bowles y Alan Simpson, copresidentes de la comisión de Obama para la deuda, advirtieron que era factible que hubiera una crisis fiscal grave en dos años. Sin embargo, eso fue hace ya casi tres años.

Finalmente, en el transcurso de 2013, colapsó la argumentación intelectual para el pánico de la deuda. Por lo general, los debates técnicos entre economistas tienen relativamente poco impacto en el mundo político porque los políticos casi siempre pueden encontrar expertos –o, en muchos casos, “expertos”, entre comillas– que les digan lo que quieren escuchar. Sin embargo, lo que sucedió en el año que quedó atrás pudo haber sido una excepción.

Para quienes se lo perdieron o se les olvidó, durante varios años, los regañones fiscales, tanto en Europa como en Estados Unidos, se apoyaron fuertemente en un ensayo de dos economistas altamente respetados, Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, en el que sugieren que la deuda gubernamental tiene efectos negativos graves en el crecimiento cuando excede de 90 por ciento del PIB. Desde el inicio, muchos economistas expresaron escepticismo al respecto. En particular, parecía inmediatamente obvio que el crecimiento lento causa con frecuencia deudas elevadas, no al revés, como ha sido el caso, sin duda, tanto de Japón como de Italia, por ejemplo. Sin embargo, en círculos políticos, lo dicho sobre el 90 por ciento se convirtió en verdad.

Luego, Thomas Herndon, un estudiante de posgrado en la Universidad de Massachusetts, revisó los datos y encontró que el precipicio aparente del 90 por ciento desaparecía una vez que se corregía un error menor y se agregaban unos cuantos datos más.

Bien, no es que los regañones fiscales realmente llegaran a su posición basados en evidencia estadística. Como dice el viejo dicho: utilizaron a Reinhart y Rogoff tal como un borracho usa al poste de luz, de apoyo, no para iluminar. No obstante, de pronto, perdieron el apoyo y con él la habilidad para fingir que la necesidad económica justificaba su agenda ideológica.

Con todo, ¿acaso importa algo de todo esto? Se podría argumentar que no; que los regañones fiscales pueden haber perdido el control de la conversación, pero que todavía estamos haciendo cosas terribles, como quitándoles prestaciones a los desempleados de largo plazo. Sin embargo, si bien la política sigue siendo terrible, por fin estamos empezando a hablar de problemas reales, como la desigualdad, y no de una crisis fiscal falsa. Y eso tiene que ser un movimiento en la dirección correcta.

The New York Times News Service

El Nuevo Herald (Estados Unidos)

 



Otras Notas del Autor
fecha
Título
12/12/2019|
01/10/2019|
16/09/2018|
07/08/2018|
14/06/2018|
10/02/2018|
02/07/2017|
11/12/2016|
23/10/2016|
22/10/2016|
16/10/2016|
29/08/2016|
24/07/2016|
05/06/2016|
08/05/2016|
14/02/2016|
09/01/2016|
01/11/2015|
20/09/2015|
02/08/2015|
23/03/2015|
08/02/2015|
01/02/2015|
19/01/2015|
10/01/2015|
06/01/2015|
22/12/2014|
15/11/2014|
26/10/2014|
13/10/2014|
29/09/2014|
28/08/2014|
17/08/2014|
22/06/2014|
08/06/2014|
02/06/2014|
27/05/2014|
25/05/2014|
02/02/2014|
04/12/2013|
28/10/2013|
13/10/2013|
29/08/2013|
04/08/2013|
28/04/2013|
03/08/2012|
18/05/2012|
13/03/2012|
13/03/2012|
14/10/2011|
29/09/2011|
26/09/2011|
06/09/2011|
06/09/2011|
12/04/2011|
15/02/2011|
19/01/2011|
16/01/2011|
22/11/2010|
20/11/2010|
20/09/2010|
14/09/2010|
01/08/2010|
12/04/2010|
27/07/2009|
27/07/2009|
03/04/2009|
31/03/2009|
20/03/2009|
20/03/2009|
04/03/2009|
04/03/2009|
12/09/2008|
12/09/2008|
05/09/2008|
05/09/2008|
04/02/2008|
16/01/2008|
28/05/2007|
28/05/2007|
10/05/2007|
10/05/2007|
27/04/2007|
27/04/2007|
10/05/2006|
11/02/2006|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House