Nicolás Maduro no cesa de inventar para frenar la caída libre de un gobierno ineficiente que no es capaz de atajar la grave crisis económica que atraviesa Venezuela. Desde que Maduro llegó al poder se ha centrado más en la represión y el acoso a los desafectos del chavismo que en mostrar sus hasta ahora invisibles dotes de estadista.

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Lo último que ha hecho a la desesperada y después de la atención mundial que causó el asesinato de la ex Miss Venezuela Mónica Spear, es crear más ministerios y nombrar más de un centenar de viceministros para poner parches al escandaloso índice de crímenes, la escasez de productos y la disparatada inflación. Y de los ministerios que más llaman la atención hay que mencionar el de la 'suprema felicidad', una entelequia chavista que pretende imponer por decreto la dicha que se le escapa a diario a los venezolanos en los almacenes semivacíos, las calles infestadas de malandros y la creciente falta de libertad que ahoga a la oposición.

Precisamente 'El Nacional', uno de los diarios de mayor raigambre en Venezuela, recientemente dedicó su portada a una carta abierta dirigida al presidente Maduro. Más que una misiva era un S.O.S de su director, Miguel Henrique Otero, advirtiendo de que los medios impresos del país están agonizando a pasos acelerados.

Desde que en 2003 el chavismo impuso una regulación estatal de la entrada de divisas, los periódicos se han quejado de la falta de recursos para importar el papel necesario en las rotativas. Una queja que han formulado, sobre todo, los medios independientes que sufren la censura y las multas que impone el Gobierno.

A la voz de alarma de 'El Nacional' se suman numerosas publicaciones que podrían desaparecer de los quioscos. Y ya diarios de provincias como 'El Guayanés' y 'Notidiario' han dejado de publicarse. Es el Canto del Cisne de los periódicos que el Gobierno ha asfixiado lenta pero inexorablemente. Tras el cierre de la cadena Globovisión actualmente lo que impera son los medios oficialistas con horas y horas de propaganda y exaltaciones a la memoria de Chávez.

Es evidente que la falta de insumos que afecta a los periódicos forma parte de la escasez generalizada que está sufriendo el pueblo. Hasta el papel higiénico, ese otro papel tan necesario en la vida diaria, se ha convertido en un artículo preciado del que se aprovisionan los venezolanos cuando viajan al exterior.

De toda la escasez que reina en el país, la que le conviene al Gobierno es la del papel que no pueden adquirir periódicos tan influyentes como 'El Nacional' o 'El Universal', con editoriales y secciones de opinión que denuncian la situación precaria que atraviesa el país.

En su carta abierta Otero señala el "derecho que tiene el pueblo venezolano de estar informado" y no son pocas las organizaciones internacionales que se solidarizan con la prensa independiente. Pero a Maduro, que oscila entre la ineptitud y la conveniencia, no le corre prisa solucionar este escollo. Desde las filas chavistas se ha dicho que los medios críticos inducen a la "zozobra" por informar sobre el crimen y la escasez.

En la célebre novela de Ray Bradbury 'Fahrenheit 451' los habitantes de una sociedad distópica leían en los bosques y a escondidas los libros prohibidos que salvaban de la hoguera de la censura. Hoy Venezuela arde a la temperatura en la que el papel se deshace en ceniza. No hay Ministerio de la suprema felicidad que pueda arreglar semejante entuerto.