Cualquier sitio es bueno para acampar y protestar. El movimiento estudiantil está pidiendo ahora que una comisión de las Naciones Unidas venga a Venezuela para que observe "in situ" la violación de los derechos humanos como consecuencia de la represión del gobierno de Nicolás Maduro contra los manifestantes que protestan desde hace 50 días. La calzada de 200 metros cuadrados del edificio HP en la avenida Francisco de Miranda, en el este de Caracas, donde se encuentran las oficinas del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, PNUD, se ha hecho pequeña para albergar un campamento para más de 100 estudiantes, sólo en ese lugar.

En ese limitado espacio los estudiantes que han venido a la capital venezolana desde hace una semana de diferentes estados del país como Táchira, Anzoátegui, Aragua, Barinas, Bolívar, Carabobo, Mérida, Trujillo y Zulia, montaron sus carpas para seguir protestando pacíficamente.

Los estudiantes ya tienen tres plazas: la de HP, la de Alfredo Sadel en Las Mercedes y frente a la OEA en Las Mercedes. La consigna es instalarse en las plazas y hacer resistencia desde allí para pedir un cambio en las políticas del gobierno.

En la principal de la plazoleta del HP en la Miranda todo está organizado. Hay una intendencia o depósito donde recogen las donaciones. En ese almacén hay agua mineral en botellones de diferentes tamaños. También panes para los bocadillos, alimentos en potes, mantas, medicamentos de primeros auxilios, ropa y unos baños portátiles. Desde ahí distribuyen los productos a las otras plazas.

Raíces humildes

La paradoja de la crisis venezolana es que en Táchira, donde comenzó la revuelta hace casi dos meses para reclamar la inseguridad tras un intento de violación de una estudiante universitaria que el año 2013 registró 25.000 asesinatos, la avanzada de los estudiantes “gochos” o andinos haya tomado espacios de Caracas.

Mientras el gobierno de Maduro declaró la guerra a Táchira el pasado domingo enviando tanques, unos 1.000 soldados de la Guardia Nacional , dos Hércules, diez autobuses con brigadas de choque paramilitares y parapoliciales (los Colectivos) para reprimir las barricadas o “guarimbas” como se les denomina en Venezuela, los estudiantes tachirenses toman pacíficamente las plazas de Caracas.