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21/04/2014 | Colombia - Tanja, la novia de las FARC, solo aporta estilismo a las negociaciones en Cuba

Carmen Muñoz

La narcoguerrilla ha fracasado en su estrategia de utilizar a la holandesa para mejorar su imagen internacional

 

La guerrillera holandesa Tanja Nijmeijer, de 36 años, no tiene un papel destacado en las negociaciones de paz que el Gobierno colombiano y la principal guerrilla de ese país mantienen en Cuba desde hace un año y medio. Parece como si a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) «les hubiera fallado la estrategia de utilizarla para mejorar su deteriorada imagen internacional», señalaron a ABC observadores en La Habana.

En octubre de 2012, cuando el jefe máximo de las FARC, «Timochenko», anunció que Nijmeijer formaría parte de la delegación negociadora y que se dedicaría a tareas de intérprete o de prensa, a nadie se le escapaba el intento del grupo terrorista de maquillar su imagen con una europea instruida y agradable a la vista. Si hace unos meses era la fotógrafa de la delegación, ahora «solo da la cara en momentos puntuales», como el aniversario de la muerte de Hugo Chávez o del fundador del principal movimiento guerrillero de la región, conocido como «Tirofijo» o «Manuel Marulanda». A finales de marzo, acompañada de la guitarra, Tanja entonó una canción en memoria de «Tirofijo» escrita por una compañera de armas.

El próximo jueves, los delegados del Gobierno de José Manuel Santos y de la narcoguerrilla retomarán el diálogo sobre «la solución al problema de las drogas ilícitas». Las negociaciones para acabar con un conflicto armado interno que dura ya más de medio siglo siguen su curso, pese a las críticas de que no se haya hecho un paréntesis durante este año electoral en Colombia (el 25 de mayo es la primera vuelta de las presidenciales), lo que denuncian que «ha convertido a las FARC en actor político».

Del campo holandés a la selva colombiana

Tanja Nijmeijer, conocida por los nombres de «guerra» de «Alexandra», «Eileen» o simplemente «La Holandesa», nacía el 13 de febrero de 1978 en Denekamp, en la provincia de Overijssel. Es una familia católica de clase media con tres hijas. Graduada en filología hispánica por la Universidad de Groningen, descubrió Colombia a mediados del año 2000 cuando cruzó el Atlántico para hacer unas prácticas universitarias. En Pereira (oeste) dio clase en un colegio para hijos de familias acomodadas, le impactó la brecha social, comenzó a interesarse por el conflicto interno y decidió escribir una tesis sobre «El gobierno de las FARC en el Caguán». A su regreso a Groningen empezó a tratar a activistas y se hizo okupa. Pero soñaba con Colombia. En 2004 ya había abandonado definitivamente las llanuras holandesas y estaba en la selva colombiana. Cómo acabó en una guerrilla acusada de narcotráfico y de los más atroces crímenes de lesa humanidad, nadie lo sabe. Ni siquiera su madre, Hannie Nijmeijer, que señalaba a la revista «Semana»: «Fue su vena por lo social, pero esa es solo una parte de la explicación; la otra no la conozco».

En el campamento

Hasta que se incorporó como asesora a las conversaciones en La Habana, «Alexandra» era una rebelde más del Bloque Oriental -la facción militar más temida de las FARC- que se había ganado el respeto de sus compañeros de filas. Después de visitarla en la selva, su madre regresó a Holanda convencida de que Tanja se quedaría allí para siempre. Sus catorce años de vida guerrillera no han sido un camino de rosas para esta europea, terrorista e iluminada para unos y revolucionaria comprometida para otros. Sobre ella pesan órdenes de captura internacional por supuestos terrorismo y secuestro de tres contratistas estadounidenses.

Su diario

La vida de «Eileen» dio un vuelco el 18 de julio de 2007 cuando un bombardeo del Ejército obligó a huir y abandonar sus pertenencias a los guerrilleros del Frente Antonio Nariño, del Bloque Oriental. Su diario quedó esparcido por el campamento y el mundo entero supo que una holandesa -no es la única extranjera- se había enrolado en las FARC. En sus páginas cuestionaba la doble moral de la guerrilla y a sus superiores. Pero, al mismo tiempo, afirmaba: «Lo he visto todo, me muevo como pez en el agua, la jungla es mi hogar y las FARC son mi vida y mi familia».

Guerrilleros

A Tanja Nijmeijer le han atribuido varios novios entre sus compañeros de armas. Un tal «Julián», sobrino del «Mono Jojoy»; el mismo sanguinario comandante del Bloque Oriental, abatido por los militares en 2010. Los últimos rumores apuntan a que es la novia de Luciano Marín, alias «Iván Márquez», el líder negociador en La Habana con 77 órdenes de captura. Al parecer, «Márquez» condicionó su presencia en Cuba si «Alexandra» también viajaba.

Ella reitera que no se considera atractiva. «Lo más bonito que tengo es mi cerebro, por eso estoy aquí. El ideal de belleza impuesto por el capitalismo en los medios, que es la chica 90-60-90, en la guerrilla no juega. El concepto de una mujer bonita, bella, es muy diferente. Entre otras cosas porque la mayoría de los guerrilleros son campesinos y en el campo una mujer bonita no es una mujer flaca, es una mujer bien alimentada, gordita, como dicen ellos. En el monte, yo soy la flaquita sin sabor, la insípida», señalaba a «El Espectador».

El 3 de julio de 2007 escribía en su diario (reproducido en el libro «Tanja, una holandesa en la guerrilla colombiana», de León Valencia y Liduine Zumpolle): «Anteayer me acosté con un hombre al que llamaré Martín. Fue como estar de vuelta en casa, sexo, hablando de tonterías, reír... No esperaba nada de amor acá, me veía a mí misma sola para siempre, entonces cada polvito de una noche es como algo extra. No tengo problema en sobrevivir a la soledad».

Machismo

Al menos una tercera parte de los ocho mil miembros de las FARC son mujeres. Algunas son jefas. Muchas fueron reclutadas cuando eran niñas y convertidas en «esclavas sexuales para mantener alta la moral entre los guerrilleros». Fuentes periodísticas colombianas estiman que en los campamentos rebeldes se provocan un millar de abortos anuales en deplorables condiciones sanitarias, algunos en los últimos meses de gestación. En una entrevista al diario «El Espectador», Tanja reconocía que «en la sociedad colombiana el machismo es horrible y en la guerrilla, que es una representación de esa sociedad, también está (...) Para mí, como holandesa, eso a veces es complicado en la guerrilla».

Guardarropa

«Eileen» era la mejor baza de la narcoguerrilla para mejorar su percepción ante la opinión pública internacional: europea, universitaria, con idiomas y un rostro bello. Mientras el éxito de esta misión está cuestionado, Nijmeijer ofrece en Cuba una imagen muy alejada de la mujer guerrillera: luce un variado guardarropa y complementos a juego, inimaginables en la selva colombiana y en la misma Habana. Quizá eran regalos de sus padres cuando le visitaron en la capital cubana durante las navidades de 2012. Pero no desentonan con la vida que las FARC llevan en la isla caribeña. «La diferencia entre el ambiente allá (selva colombiana) y el ambiente acá es muy grande. Los carros, la ropa, pensar todos los días qué se va a poner, la bulla, el ruido, la prensa. Pero en cierta forma lo veo como lo mismo (...) Allá hay una guerra militar y aquí es política», relató a «El Espectador».

Entre bares y catamarans

Tanto la delegación gubernamental como la guerrillera se alojan en las llamadas «casas de protocolo» de El Laguito, una idílica zona residencial del Oeste de La Habana, en el municipio Playa, donde vivía la alta burguesía hasta la caída de Batista y la llegada de los Castro al poder. La delegación que encabeza el exvicepresidente Humberto de la Calle solo permanece en Cuba durante los ciclos de negociaciones (está a punto de comenzar el número 24), mientras que la de las FARC residirá allí mientras dure el diálogo. Los guerrilleros pueden navegar en catamarán por aguas cubanas, como se les ha fotografiado, pero no deben salir de la isla por las órdenes de captura en su contra. Cuando termina la jornada negociadora, Tanja saca su guitarra e improvisa canciones en locales nocturnos de La Habana, según testigos.

Distante

En el marco de las negociaciones, Tanja Nijmeijer es correcta, pero callada y mantiene las distancias. «Ella nunca saluda, a diferencia de las otras guerrilleras», apuntan fuentes periodísticas que siguen el proceso de paz. «Recela de la prensa -agregan- sabe que en Holanda, por ejemplo, no es vista como un referente». La rebelde sostiene que se equivocan quienes creen que le «lavaron el cerebro», que es «amante» de algún jefe y que está involucrada en crímenes atroces.

No hay vuelta atrás

En los últimos tiempos, la europea aparece «más delgada, menos activa y más desconectada». Parece sólida en sus convicciones revolucionarias. Ha asegurado que «nunca voy a dejar de lado a las FARC ni la lucha por lo que creo». Sin embargo, da la impresión de que en La Habana «se enfrentó con la realidad». «Es muy radical en sus ideas y en su pertenencia a la guerrilla. Es como si supiera que se ha equivocado y, como no puede salir, su postura es aún más radical; es un mecanismo de defensa», concluyeron los observadores en La Habana.

ABC (España)

 



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