Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Inteligencia y Seguridad  
 
24/06/2006 | España: Inseguridad ciudadana

Ignacio Cosidó

Los atracos con violencia extrema dentro de los propios domicilios, los denominados secuestros express y la proliferación de robos con fuerza en polígonos industriales o urbanizaciones han terminado por generar la alarma social en nuestro país.

 

La realidad es que la delincuencia crece en España, y lo hace ante la vulnerabilidad de nuestras fronteras, la debilidad de nuestro sistema penal y la incapacidad del Gobierno para dar una respuesta global y eficaz a las nuevas formas de delincuencia.

La seguridad ciudadana es tanto una realidad objetiva como un sentimiento subjetivo. La realidad objetiva la podemos medir en función del número de actos delictivos que se cometen durante un periodo de tiempo determinado. La percepción subjetiva sólo puede calibrarse a través de estudios de opinión que analicen la preocupación de la ciudadanía sobre su propia seguridad. Lo cierto es que desde ambas perspectivas estamos asistiendo en nuestro país a un progresivo deterioro de la seguridad ciudadana.

Calcular los delitos que se cometen en España no es tarea fácil. Las cifras de delitos conocidos por las Fuerzas de Seguridad del Estado son ocultadas a la opinión pública de forma sistemática por el Gobierno. Los datos facilitados por la Fiscalía General del Estado sobre el número de diligencias previas, cuatro millones en 2004, duplican el número de delitos conocidos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Es cierto que miden realidades distintas, pero la excesiva disparidad de las cifras nunca ha sido bien explicada. Hay además una cifra de delito que nunca llega a conocerse porque ni siquiera se denuncia. Según el CIS más del 8 por ciento de los españoles declara haber sido victima de un delito en los últimos doce meses, lo que significa más del doble de los delitos y faltas reconocidos por el Ministerio del Interior.

Pero aún tomando como base las cifras facilitadas por el Gobierno, los datos ponen de manifiesto que en el último año el número de delitos volvió a crecer un 2,5% en España. Este crecimiento puede ser aún mucho mayor si tomamos en consideración que en 2005 el Cuerpo Nacional de Policía transfirió a los Mossos de Escuadra buena parte de la seguridad de la ciudad de Barcelona. En todo caso, nos encontramos ante un punto de inflexión tras dos años consecutivos en los que la criminalidad se había venido reduciendo, como consecuencia en buena medida del plan de lucha contra la delincuencia que el Gobierno del Partido Popular puso en marcha en el año 2002.

Es verdad que las denominadas faltas crecieron el año pasado en más de un 6 por ciento, mientras que los delitos prácticamente se estabilizaron. Pero no es menos cierto que dentro de esos delitos, los que más crecieron fueron los relacionados con las personas y contra la libertad sexual, lo que demuestra que estamos no sólo ante más delincuencia, sino ante una delincuencia más grave, violenta y peligrosa. Es más, delitos como robos nocturnos en residencias en los que los ladrones atemorizan a los inquilinos, aún siendo poco relevantes numéricamente, generan por su gravedad una enorme alarma social. Finalmente, tampoco podemos olvidar que delitos leves como lesiones, amenazas, hurtos o daños generan, por su cotidianidad, un gran sentimiento de inseguridad en la sociedad.

En el año 2006 esa tendencia de crecimiento de los delitos se ha mantenido. En la demarcación de Guardia Civil la delincuencia aumentó en el primer trimestre un 6% y los delitos que más alarma generan, como los robos con violencia, crecieron un 7,5%. Las cifras de delitos del CNP disminuyen, pero se debe únicamente a que han perdido más de cuatro millones de ciudadanos en su demarcación tras transferir Barcelona a los Mossos. 

Este crecimiento objetivo de la inseguridad se está traduciendo a su vez en un sentimiento subjetivo que atenta no sólo contra la calidad de vida de los ciudadanos, sino contra su propia libertad. La inseguridad ciudadana es de hecho la cuestión que más afecta personalmente a los españoles, tras los problemas de índole económica como el paro y la vivienda. En el último barómetro del CIS esa preocupación había crecido en más de dos puntos respecto a abril de 2004. Por otro lado, la contratación de sistemas de alarma se ha disparado.

¿Cuáles son las causas de este aumento de la delincuencia? La primera sin duda es la irresponsabilidad de un gobierno que no sólo no ha actualizado sino que ha cancelado el plan de lucha contra la delincuencia puesto en marcha en 2002 por los gobiernos del PP y que había permitido una rebaja de la delincuencia de más del 4 por ciento. Un Gobierno que ha desmantelado la policía de proximidad y que ha sometido a la Guardia Civil a la crisis interna más profunda que ha vivido el Cuerpo en su más de siglo y medio de existencia. Un Gobierno que se limita a enviar unos cientos de guardias allí donde se declara un incendio, pero que es incapaz de ofrecer una respuesta global al desafío que la delincuencia en su conjunto representa para nuestro país.

La segunda causa es la incapacidad del Gobierno para controlar con eficacia nuestras fronteras y para regular la avalancha de inmigración ilegal que sufre nuestro país. No se trata de criminalizar la inmigración, pero es negar la evidencia que existe una relación objetiva entre la vulnerabilidad de nuestra frontera y el aumento de la delincuencia. Uno de cada tres detenidos en España por la comisión de un delito es extranjero y los grupos organizados más violentos y que más alarma social generan tienen siempre una composición internacional.

¿Qué es lo que debemos hacer ante este alarmante aumento de la delincuencia? El Gobierno debería articular una respuesta global que contuviera al menos cuatro líneas básicas de acción: en primer lugar, mejorar la seguridad de nuestras fronteras y controlar un flujo de inmigración ilegal que amenaza con desbordar la capacidad de acogida de nuestro país; en segundo término, articular medidas policiales de carácter operativo, así como de respuesta judicial, incrementando de forma real los medios humanos y materiales; en tercer lugar, perfeccionar nuestra respuesta penal, modificando las leyes para que los delincuentes no encuentren resquicios en el Estado de Derecho; por último, ahondar en la cooperación internacional, porque no puede ser que, en una Europa unida y en un mundo globalizado, los delincuentes no tengan fronteras y los policías y los jueces sí.

El Mundo (España)

 


Otras Notas Relacionadas... ( Records 1 to 10 of 340 )
fecha titulo
07/02/2014 España -Corrupción: no estamos solos
26/12/2013 España: Unidad de mercado a prueba de triquiñuelas
16/12/2013 España - Asi es el plan de choque anticorrupción
02/11/2013 España - El CNI colaboró con Londres en 'Operaciones Encubiertas de Internet' en 2008
03/07/2013 España - Optimismo anticipado
17/06/2013 España - Les toca a los partidos
13/06/2013 España - Barcelona: Manel Prat anuncia que los Mossos utilizarán cañones de agua en algunas manifestaciones violentas
31/05/2013 España - Claves de la Estrategia de Seguridad Nacional
31/05/2013 España - Estrategia de Seguridad Nacional (Documento PDF)
30/05/2013 La ‘gran estrategia’ de España: su unidad


Otras Notas del Autor
fecha
Título
09/05/2010|
19/04/2010|
03/03/2010|
04/02/2010|
23/08/2009|
19/03/2007|
19/02/2006|
26/07/2005|
20/06/2005|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House