El planeta aumentará en 50% su consumo en 2020. El gas suplirá casi 30% de la energía mundial. Asia triplicará su consumo en 2030. Europa importará 80% de sus necesidades de gas. Norteamérica cuadruplicará sus importaciones de gas natural licuado en 2010.

La geo-economía del gas es diferente a la del petróleo. Mientras la OPEP posee casi 80% de las reservas probadas de crudo del mundo, Europa-Asia Central y el Medio Oriente albergan 76% de las de gas natural. Rusia sola tiene 27% de las reservas del mundo. Rusia, Irán y Qatar detentan 56% del total. Para equilibrar la oferta y la demanda del gas, el planeta debe invertir alrededor de U$100 millardos por año hasta 2030, la mitad de la inversión mundial requerida en exploración y producción de hidrocarburos. Las inversiones están fluyendo más a esos destinos.

Latinoamérica estuvo un poco desubicada en la cumbre de Amsterdam. Mientras naciones como Rusia, Irán, Qatar, Malasia, Nigeria o Kazajstán ejecutan grandes proyectos de inversión, los inversionistas guardaron cautela ante la nacionalización del gas en Bolivia, que no tuvo un vocero que explicara el alcance de su decisión. Trinidad y Tobago acaba de inaugurar el cuarto tren de licuefacción de gas y Qatar va para el dé cimo tren.

Venezuela sancionó en 1999 una Ley de Hidrocarburos Gaseosos que está entre las más avanzadas del mundo. Se han otorgado 12 licencias de exploración y producción de gas a empresas privadas nacionales e internacionales. Los expertos en Amsterdam consideran que si bien el país ha revertido el pasmoso rezago que registraba hace una década, Venezuela puede potenciar mucho más el desarrollo de su industria del gas, manteniendo la estabilidad jurídica y contractual de la moderna Ley de 1999.