Ofendido por la mención inesperada,  Maduro reaccionó enfurecido echando al joven alcalde del palacio de Miraflores pero lo que más le importaba era que le reconociera como presidente de la república bolivariana, haciendo ver que no le preocupaba en absoluto la suerte de los estudiantes y presos políticos sino su categoría de mandamás de turno.

El tema de la reunión era la política de seguridad sobre lo cual Smolansky detalló lo que se estaba haciendo en su municipio y al final aprovechó para hablar de las protestas y los detenidos, lo que ofuscó a Maduro, aclarando: “no vinculen una cosa con otra, aprendamos a respetar los temas de debate, usted viene a sacar una bandera partidista”.

Pero David Smolansky no se quedó callado. Le espetó: “la respuesta de Maduro fue visceral, de un hombre inseguro y que se siente ilegítimo“, pensando que de mejores sitios lo han echado.