Según las agencias de inteligencia de Estados Unidos, la violencia en Tamaulipas –que se recrudeció tras el anuncio de la estrategia federal para el estado– no se debe a la lucha territorial entre narcos, sino a que el Cártel del Golfo, con el apoyo del Cártel de Sinaloa, está “limpiando” la entidad de Los Zetas, a quienes culpan de aterrorizar a la población con extorsiones y secuestros. Conscientes de esto –se dice en reportes de dichas agencias–, la Marina y el Ejército han permitido enfrentamientos entre esos grupos delictivos. Y el paso de la droga hacia el país del norte está garantizado.
La causa principal de la violencia que predomina en
Tamaulipas ya no es la pugna entre el Cártel del Golfo y Los Zetas por esa
plaza fronteriza, sino que refleja el reacomodo de los cárteles a las nuevas
condiciones que se le plantean en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El diagnóstico está contenido en reportes de
inteligencia estadunidenses, uno de los cuales destaca: “En Nuevo Laredo,
Reynosa y Tampico, la eliminación de elementos de Los Zetas a cargo del Cártel
del Golfo y de otras organizaciones que están fuera de la entidad, está
generando esa fuerte ola de violencia en todo el estado”.
Funcionarios de Estados Unidos accedieron a hablar y
mostraron a Proceso dichos informes sobre Tamaulipas, a condición de no
publicar su identidad ni las dependencias federales en que trabajan. Uno de
ellos afirma:
“Los reportes de inteligencia que hemos recolectado de
lo que pasa en Tamaulipas, especialmente en Nuevo Laredo, revelan que más que
una lucha por la plaza (para contrabandear drogas a Estados Unidos), la que
libra el Cártel del Golfo contra Los Zetas es para acabar con el terror al que
estos últimos han sometido a la población.”
En vista de lo sensible que está el intercambio de
información de inteligencia entre las agencias de seguridad de Estados Unidos y
de México en la administración priista, los funcionarios estadunidenses eligen
con cuidado sus palabras.
“Después de esta tormenta vendrá la calma –comenta uno
de los tres entrevistados–. Es la limpia, como dicen en México, de todos los
criminales desalmados y extorsionadores que dicen tener filiación con Los
Zetas. La intención es contener la violencia contra la población civil, eso es
lo que pretende hacer el Cártel del Golfo y quienes lo apoyan en esto”, añade.
–¿Quiénes apoyan al Cártel del Golfo en los
enfrentamientos contra Los Zetas? –se le plantea.
–El Cártel de Sinaloa principalmente, y hasta algunos
elementos de grupos que llegaron desde Chihuahua para apoyarlo.
El control de la plaza de Tamaulipas y sus corredores
para el tráfico de droga hacia Estados Unidos preocupa al gobierno de Barack
Obama. Los entrevistados reconocen que, una vez controlado el estado, aumentará
el flujo de drogas procedentes de México y Sudamérica, y la mercancía pasará
sobre todo por Texas. De hecho, admiten que ya se reportan un mayor movimiento
de metanfetaminas y heroína que entraron por Tamaulipas a Houston, Dallas y San
Antonio.
“No es una violencia generalizada como la que se
destacaba hace dos o tres años en Tamaulipas. Los ataques parecen orquestarse
muy bien contra blancos previamente elegidos, porque incluso el Ejército y la
Marina de México han permitido los enfrentamientos entre criminales; optan por
no intervenir”, se lee en otro de los documentos elaborados por distintas
agencias estadunidenses desde México.
Al consultarles si lo que sucede en Tamaulipas se
puede interpretar como un acuerdo entre el gobierno y grupos del crimen
organizado para acabar con la extrema violencia en el país, los funcionarios
intercambian miradas como para ver quién se atreve a responder. Tras una breve
pausa uno dice:
“La intención que tienen es acabar con toda la
criminalidad que aterroriza a la sociedad civil y que no está ligada al
narcotráfico. Las consecuencias de esto serán otras, y son las que nos
preocupan, pero es algo que ya veníamos prediciendo porque así pasó en Colombia
hace algunos años.”
La
“buena noticia”
El pasado 14 de mayo el secretario de Gobernación,
Miguel Ángel Osorio Chong, y el gabinete de seguridad dieron a conocer la nueva
estrategia contra la violencia en Tamaulipas (Proceso 1960).
El plan del gobierno de Peña Nieto frente a la oleada
de asesinatos –que se acrecentó horas después de que Osorio Chong hiciera el
mencionado anuncio en Reynosa– consiste en dividir el territorio tamaulipeco en
cuatro zonas para que las supervise un fiscal de la Marina o de la Secretaría
de la Defensa Nacional.
La estrategia tiene tres vertientes: desarticular a
las organizaciones criminales, cancelar las rutas del tráfico de drogas, armas
y personas, y garantizar la seguridad civil con el funcionamiento pleno de las
instituciones gubernamentales.
Para los funcionarios estadunidenses, el objetivo del
gobierno mexicano es viable pero está condicionado a la eliminación de uno de
los dos cárteles que controlan esa plaza: el del Golfo o Los Zetas.
“Es muy difícil que puedan eliminar al narcotráfico de
Tamaulipas. Sería lo ideal, pero es muy complicado. Con base en los informes
que nos llegan desde allá, creemos que la intención es que el tráfico de las
drogas continúe como antes (del sexenio de Felipe Calderón), sin representar
una amenaza para la estabilidad de la población”, explica uno de los
estadunidenses.
El concepto de “Estado fallido” que utilizó el
gobierno estadunidense durante el sexenio de Calderón para describir entidades
como Tamaulipas, donde el crimen organizado impuso su ley, quedó proscrito en
la nueva relación de Washington con la administración de Enrique Peña Nieto.
De forma discreta, los integrantes de agencias de
inteligencia indican que en México no se desarrolla ahora una lucha por el
poder ni por el control de plazas, sino una cruzada para eliminar los “malos
elementos”, que diversificaron el negocio hacia el secuestro y la extorsión,
entre otros delitos. Uno de ellos puntualiza:
“A toda la gente de Tamaulipas y a la población de
México les convendría la eliminación de Los Zetas, aunque esto no tendría un
efecto real en una disminución del tráfico de drogas a Estados Unidos. Más bien
sería la consolidación de un solo grupo como líder del negocio en un lugar o estado
específico, como Tamaulipas.”
–¿Le preocupa al gobierno de Obama que sus reportes de
inteligencia indiquen, como en el caso de Tamaulipas, que los militares dejen
enfrentarse a los narcotraficantes entre ellos?
–Es una negligencia intencionada que tiene efectos
positivos, suponemos, para los objetivos de seguridad que se ha marcado el
gobierno de México. La verdad, en la historia del narcotráfico mexicano Los
Zetas han sido un factor de terror y de muerte. Le aseguro que su eliminación
es tan buena noticia para los mexicanos como para los estadunidenses.
Los
estados que siguen
La información de inteligencia recopilada por las
agencias federales de Estados Unidos en Tamaulipas establece un escenario
caótico para Los Zetas. “En los últimos 12 meses”, aunque dividido, el Cártel
del Golfo se ha revitalizado en número de integrantes como en arsenal y equipo
táctico, por el apoyo que –según los reportes estadunidenses– está recibiendo
de la organización de Ismael El Mayo Zambada desde Sinaloa.
En la pirámide del liderazgo de Los Zetas, que posee
el gobierno de Estados Unidos y elaborada con base en sus datos de inteligencia
(informantes e intercambio de información con el gobierno mexicano), el líder
de esta agrupación criminal es Omar Treviño Morales, El Zeta 42.
Al presunto líder de Los Zetas y hermano de Miguel
Treviño Morales –El Z 40, quien fue capturado en julio de 2013 por la Marina–,
las agencias de inteligencia lo perciben “diezmado y acorralado”, que permanece
oculto en Nuevo Laredo ante la cacería que desató el Cártel del Golfo.
Esta organización, dicen los reportes, está buscando
al Z 42 minuciosamente en las casas de seguridad de Los Zetas en Nuevo Laredo,
y por eso se percibe que la narcoviolencia sigue extendida por toda la entidad.
Contraria a la información de la prensa mexicana, la
cual ha publicado que el Cártel del Golfo está muy dividido, los mencionados
documentos sostiene que esa organización criminal se está consolidando con el
respaldo interesado que le llega de Sinaloa.
Uno de los funcionarios entrevistados observa:
“Recordará que hace algunos años, cuando irrumpieron Los Zetas como grupo
criminal desalmado, sanguinario e independiente, se les llegó a calificar,
dentro del mismo crimen organizado, como ‘la chusma’. Por la información que tenemos,
creemos que cárteles ‘tradicionales’, como los de Sinaloa, del Golfo y de
Juárez, llegaron a un acuerdo entre ellos: quien estorbe a esos intereses
tendrá que ser eliminado por el bien de todos ellos”.
El escenario que conforman los reportes de inteligencia,
que los entrevistados facilitaron al reportero para una revisión ocular, no
descarta la posibilidad de que la eventual eliminación de Los Zetas le deje
lugar a otros criminales:
“El tráfico de indocumentados centroamericanos,
las extorsiones a personas y negocios, así como la piratería, son negocios muy
redituables para Los Zetas y los muchos criminales comunes que trabajan para
ellos sin pertenecer en ciento por ciento a la organización. Si se extermina a
Los Zetas, el riesgo será la formación de escisiones pequeñas que quieran darle
continuidad a esos actos ilícitos, aunque saben que tendrían que enfrentarse a
los cárteles y a las autoridades federales.”
La cacería de zetas por el Cártel del Golfo y el de
Sinaloa asienta como primer objetivo limpiar a Tamaulipas, pero la información
en poder de las agencias estadunidenses tiene un pronóstico de narcoviolencia
para otras entidades.
“La limpia es generalizada y Los Zetas tienen
presencia en otros estados, como Veracruz, Estado de México, Nayarit, Coahuila,
Querétaro y Jalisco, en los cuales, una vez terminada la misión de Tamaulipas,
podrían registrarse enfrentamientos muy violentos. Creemos que grupos como el
Cártel de Sinaloa han tomado la decisión de acabar también con los delincuentes
que han aprovechado el narcotráfico para diversificar los objetivos de este
negocio con la ejecución de otros crímenes. De manera paulatina, esto también
obligaría a replantear la cooperación antidrogas con México, porque
posiblemente aumentará el tráfico de drogas a Estados Unidos”, concluye uno de
los reportes.