Durante años y años Antonio Iovine ha sido algo así como el ministro de Economía de la camorra napolitana, el cerebro financiero del poderoso clan de los Casalesi. O'ninno (el niño, así apodado tanto por su aspecto juvenil como porque era un crío cuando comenzó a escalar posiciones en el organigrama del crimen organizado) es un capo moderno que ha dedicado sus mayores esfuerzos a lavar el dinero negro procedente de la droga y las extorsiones y a invertirlo en negocios limpios, empezando por el del ladrillo, hasta construir el imperio económico que Roberto Saviano retrata en su libro Gomorra.

Condenado a cadena perpetua precisamente por eso, por ser el gestor del clan de los Casalesi, Antonio Iovine fue detenido en el otoño de 2010, después de 15 años dando esquinazo a la Justicia. Pero ha sido solo recientemente, el 13 de mayo pasado, cuando ha decidido convertirse en colaborador de la Justicia y comenzar a largar lo que sabe.

Se trata de una auténtica novedad en la historia de la camorra, cuyos capos casi siempre han optado por guardar un silencio sepulcral cuando han sido arrestados. El caso es que O'ninno está revelando no sólo los trapos sucios de la camorra, sino también las estrechas relaciones que el crimen organizado mantiene con representantes del mundo político y financiero.

Muchos tiemblan por lo que pueda 'cantar'

"Había dinero para todos, era un sistema completamente corrupto", ha declarado Iovine, que ahora tiene 50 años, destacando que además jugosas comisiones algunos políticos y alcaldes aceptaban hacer acuerdos con los mafiosos a cambio de embolsarse los numerosos votos que controla el crimen organizado y de obtener fondos negros para su campaña electoral. "Daba igual el partido al que perteneciera el alcalde, el sistema funcionaba de igual modo".

Pero, desde este miércoles, la lista de las personas que tiemblan ante lo que pueda 'cantar' Iovine se ha visto incrementada con algunos miembros de otra categoría profesional: los jueces. Porque O'ninno, uno de cuatro grandes capos de los Casalesi, ha extendido también a magistrados y abogados el gigantesco sistema de podredumbre y corrupción impulsado por la camorra. En un interrogatorio ante los fiscales de la dirección antimafia, ha revelado haber untado con 250.000 euros a un juez y a un abogado para "ajustar" un juicio de apelación en el que estaba acusado de doble homicidio. Y no sólo eso: según Iovine el crimen organizado tenía en pie una auténtica "estructura que funcionaba en el tribunal de Nápoles" con el objetivo de corromper a magistrados.

El ex cerebro financiero de los Casalesi asegura que su abogado, un tal Michele Santonastaso (actualmente detenido por otra cuestión) le comentó que necesitaba 250.000 euros para pagar a un juez y a un abogado y comprar de ese modo la absolución de Iovine por doble homicidio en el juicio de segunda instancia, porque en el de primer grado había sido declarado culpable. El mafioso soltó la pasta y efectivamente fue declarado inocente. Aunque ahora, convertido en colaborador de la Justicia y cumpliendo como está una pena de cadena perpetua, ha confesado haber sido el responsable de esas dos muertes.

Ante las declaraciones de O'ninno, la fiscalía de Roma ha decidido abrir una investigación por corrupción contra el juez al que presuntamente habría pagado el ex mafioso. Además, parece que Iovine también ha sacado a recluir el nombre de otro magistrado que al parecer ya está bajo proceso por revelación de secretos judiciales y abuso de poder.