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12/07/2014 | «Operación Gold»: El primer batacazo de la CIA en Alemania

José-Pablo Jofré

Hace medio siglo que unas lluvias «traicioneras» dejaron al descubierto en túnel gracias al que estadounidenses y británicos espiaron casi medio millón de conversaciones de la RDA

 

Los dinosaurios mueren matando. Los coletazos del espionaje de la CIA en Berlín son sólo un ADN repitiendo el patrón de sus años dorados. Como en 1955. Por aquel entonces se inauguró –secretamente, se entiende– un túnel diseñado y realizado por ingenieros de la CIA y de la agencia británica SIS con el objetivo de espiar a los vecinos de la RDA: más de 440 mil conversaciones telefónicas pincharon los espías de Washington y Londres entre mayo de 1955 y abril de 1956. A seis metros de profundidad y con una extensión de 450 metros, el túnel comenzaba en el sector «Americano» del Berlín de postguerra, en el barrio fronterizo de Rudow, y alcanzaba hasta Altglienicke, justo por debajo de un nudo de comunicaciones del Ejército rojo en Berlín Oriental.

Un año antes, las excavaciones removieron tres mil toneladas de tierra y 125 toneladas de metal, mientras sólo en reducidos círculos se hablaba de la «Operation Stopwatch» (Operación Cronómetro) para los británicos o de la «Operation Gold» (Operación Oro) para alemanes y estdounidenses. La información es escasa ya que el exdirector de CIA Allen Dulles ordenó que «lo menos posible» fuese «por escrito», pero se sabe que fue Reinhard Gehlen, el director de la recién creada BND –ahora espiada por la CIA– quien alertó a Dulles de un crucial nudo de redes telefónicas del ejército ruso a dos metros de profundidad muy cerca de la frontera con el sector americano.

A casi todas las reuniones entre la CIA y la SIS en Londres antes de iniciar la construcción del túnel asistió George Blake, un doble agente de la KGB: infiltrado en el aparato de inteligencia británico, Blake conoció de primera mano los detalles de la operación y alertó a la KGB, pero el Kremlin decidió dejar seguir la «Operation Gold».

Mantener al doble agente

Mantener la identidad de su espía Blake era más importante que las conversaciones entre militares soviéticos y alemanes en la desaparecida Berlín Oriental. El doble super agente Blake sería descubierto en 1961, año en que la CIA hizo pública el coste del túnel: 6,5 millones de dólares.

Una fuerte lluvia hizo que el túnel se inundara quedando al descubierto. Y Berlín Oriental lo usó para demostrar «la traición de Occidente»: fue presentado a la prensa como un «acto criminal» que viola los tratados establecidos entre la URSS, Alemania Occidental y los Aliados. El botín se lo quedó sin embargo la CIA: 50 mil cintas grabadas que documentan miles de conversaciones cuyo valor real ha sido puesto en duda más de una vez.

ABC (España)

 



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