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27/08/2014 | Las elecciones de octubre en Brasil

Nicolás Pérez

Brasil, ese país enorme con un luminoso y brillante futuro que nunca termina de llegar, tiene elecciones el 5 de octubre del 2014. Quizás no debía escribir sobre ellas.

 

Brasil está demasiado lejos, sus decisiones no nos deben dar frío ni calor. Pero las visitas de Lula y Dilma a la Meca del antiimperialismo rindiéndole pleitesía a los hermanos Castro, su profundo irrespeto mirando hacia otro lado cuando se trata de derechos humanos, creo que vale la pena lanzarme por una ventana al mundo y seguir estas elecciones, pero con cuidado, caminando despacito sobre vidrios rotos, de todas las noticias internacionales que me meten en la boca a diario la televisión y la Internet, a todas las mastico pero muy pocas las trago.

Me gusta tocar temas frescos, que le den agua al dominó, por eso el pasado miércoles hablé sobre el brillante asesor político latinoamericano J.J. Rendón. Hoy vuelvo tocar la flauta sobre la nueva candidata presidencial por el Partido Socialista de Brasil, Marina Silva. Lo logró tras la lamentable muerte en un accidente aéreo de Eduardo Campos, que iba a ser el retador de Dilma Rousseff.

Eduardo Campos era un gran político pero carecía de carisma, lo que le sobra a Marina. Y en un país como Brasil que ama la música, el carnaval, la samba, y que ha convertido a la chica de Ipanema en símbolo de la mujer brasileña, llega Marina repleta de colorido y capaz de despertar fuertes emociones, es decir, como anillo al dedo.

Su biografía es impresionante. Creció en el estado amazónico de Acre, en la aldea de Brehu Velho donde ayudaba a su padre recogiendo caucho. También pescaba y cazaba. En su niñez perdió a dos de sus hermanos por sarampión y malaria. Y ella sufrió una hepatitis que la tuvo largo tiempo entre la vida y la muerte.

A los 14 años no sabía leer ni escribir. Fue alfabetizada, y después de tomar algunos cursos básicos, se matriculó en la Universidad de Acre.

Comienza a ser conocida como la compañera de lucha de Chico Méndez, con el cual funda en 1985 el CUT, y ese mismo año ingresa en el Partido de los Trabajadores de Lula da Silva, quien la nombra ministro del Medio Ambiente en el 2003. Dimite en el 2008 y en el 2009 ingresa en el Partido Verde PV.

Durante su carrera política tiene graves encuentros con los intereses creados por su lucha contra la corrupción y los vicios de la clase dominante. Siendo concejal de Ac re causó una gran controversia al devolver beneficios financieros que todos los demás concejales aceptaron sin chistar.

Su carrera política crece y crece. En las elecciones del 2010 es candidata a la presidencia de Brasil por el Partido Verde y se convierte en la primera mujer, de una minoría étnica (zamba) y pentecostal, que aspira a ese cargo.

Estas próximas elecciones de octubre del 2014 prometían ser sumamente predecibles: primer lugar, Dilma; segundo lugar Aécio Neves, en un lejano tercer lugar Eduardo Campos.

Pero la muerte de este último en un accidente aéreo ha cambiado dramáticamente el mapa electoral porque sustituye a Campos la candidata a vicepresidente por el Partido Social Demócrata de Brasil, Marina Silva, y ahora son diferentes las reglas del juego, y eso tiene a la dirigencia del PT sumamente preocupada.

Y una encuesta de Datal Folha de la semana pasada confirmó las sospechas de que el pánico del PT es real, Marina no solo se alzaría en las elecciones de octubre con un segundo lugar por encima de Aésio, sino que en unas elecciones de segunda vuelta derrotaría a Dilma Rousseff.

¿Cómo es posible que esto esté ocurriendo, y por qué el Partido Social Demócrata ungió a Campos colocando a Marina en el asiento trasero?

Lo único que se me ocurre pensar es que la ecologista es famosa por su combate contra la corrupción, y los lobos de una misma camada, la mafia política de Brasil de tirios y troyanos quieren volcarla y enviarla a la cuneta en la primera curva del camino.

Pero una cosa piensa el borracho y otra el bodeguero, al parecer el pueblo está hasta la mismísima coronilla de las políticas deshonestas. El 70 por ciento de los empresarios allá opinan que el soborno es el pan de cada día en el país. En entrevistas recientes de prensa Dilma Rousseff ha evitado responder preguntas sobre la corrupción rampante dentro del Partido de los Trabajadores.

¿Podría Marina Silva, la voz de la Amazonia, alzarse con el poder?. Es algo real, pero debemos esperar a octubre, porque tiene algo grave en su contra; se niega a hacer alianzas políticas, y en las segundas vueltas, no hay triunfo sin alianzas.

El Nuevo Herald (Estados Unidos)

 



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