Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Frente Externo  
 
14/09/2014 | ¿Escocia, dentro o fuera de la UE?

María Ramírez

La legislación comunitaria no prevé la independencia de sus regiones, pero un nuevo Estado tiene opciones aunque no rápidas ni fáciles. Una Escocia independiente podría intentar volver a entrar en la UE o no salirse de ella.

 

La legislación de la UE no está preparada para la creación de un nuevo Estado dentro de su territorio. El espíritu original de los tratados buscaba acabar con las fronteras, no crear nuevas. Pero los Veintiocho pueden tener que cubrir pronto su laguna legal.

Si vota a favor de su independencia, Escocia tiene, en principio, dos vías para intentar volver a entrar en la UE o no salirse de ella. Una es la tradicional de pedir la adhesión y empezar las negociaciones por las que han pasado socios como España o Croacia según lo previsto ahora por el artículo 49 del Tratado de Lisboa. En este caso, Escocia sería considerado un Estado de fuera de la UE, tal y como defiende el Gobierno británico. Las charlas de entrada serían más rápidas que las de otros candidatos puesto que el objetivo esencial es adaptar la legislación nacional a la comunitaria, que Escocia ya aplica.

Sin embargo, los independistas sostienen que al estar ya dentro de la UE Escocia debería poder ser absorbido automáticamente en "una ampliación interna" después de enmendar el Tratado a través del artículo 48 que permite incluir clausulas nuevas. El proceso requeriría menos esfuerzo por parte de Escocia pero también tiempo y negociación dentro de la UE. Los escoceses favorables a la independencia argumentan que ellos no votan sobre separarse de la UE, un paso que sí está regulado en el Tratado de Lisboa y que requiere sus propias y costosas negociaciones (Groenlandia tardó tres años en salirse).

En ambas opciones, Escocia necesita el voto unánime de los Veintiocho. Para enmendar el Tratado, el Gobierno británico incluso podría someter a referéndum el acuerdo. En febrero, José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea, dijo en una entrevista a la BBC que sería "extremadamente difícil, si no imposible" que Escocia entrara en la UE entre otras cosas porque España vetaría. Sin embargo, según el ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo, el Gobierno consideraría la petición de adhesion de Escocia si Reino Unido está de acuerdo.

Aun así, cualquiera que haya sufrido una reunión de la UE para decidir sanciones contra Rusia, recortes de gases de efecto invernadero, cuentas de la Comisión Europea o nada en particular sabe que las discusiones multitudinarias son largas, nocturnas y muy a menudo poco fructíferas. Escocia estaría además en una posición de debilidad para conseguir excepciones como las que tiene ahora a la política de justicia común o al euro. Todos los miembros de la UE tienen que comprometerse a entrar en la moneda única. Las excepciones son Reino Unido y Dinamarca. Suecia tampoco usa el euro después de rechazarlo en referéndum pero, al menos en teoría, sigue obligada a adoptarlo.

La UE es especialista en pactos imprevistos y rascados de limbos legales. Cuando parecía claro que el Tratado prohibía rescates, Christine Lagarde se inventó una sociedad en Luxemburgo que emitiera bonos y financiara a los Estados endeudados. Esta misma semana los embajadores de la UE aprobaron sanciones contra Rusia y las dejaron cuatro días congeladas al decidir no publicarlas en el boletín oficial, una chapuza sin precedentes recientes. Los apaños son habituales en una organización que no se rige por los parámetros habituales de la legislación internacional.

Ahora bien, los parches pueden ser insuficientes a largo plazo. "Incluso si gana el 'no' en Escocia, antes o después la UE tendrá que afrontar la ampliación interna. No es razonable no tener nada previsto", se quejaba esta semana la profesora de la Universidad de Edimburgo Nicola McEwen en un debate en el Centro de Estudios de Política Europea de Bruselas.

Los escoceses incluso sugieren que sólo ellos se quedarán en la UE mientras los británicos tal vez se salgan. "No somos súper entusiastas sobre la UE pero queremos tomar nuestras propias decisiones. Queremos seguir siendo parte de la UE", repite el eurodiputado escocés Alyn Smith.

Si Escocia se independiza puede que consiga quedarse, pero no será ni rápido ni fácil. Nada en la UE lo es.

El Mundo (España)

 



Otras Notas del Autor
fecha
Título
14/05/2014|
28/04/2014|
03/04/2014|
10/11/2013|
05/11/2013|
18/10/2013|
12/06/2013|
26/04/2013|
24/04/2013|
12/08/2012|
14/03/2012|
14/03/2012|
14/03/2012|
14/03/2012|
06/03/2012|
06/03/2012|
02/03/2012|
02/03/2012|
02/03/2012|
29/02/2012|
29/02/2012|
29/02/2012|
23/02/2012|
23/02/2012|
23/02/2012|
21/06/2011|
21/06/2011|
21/01/2011|
09/02/2010|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House