El silencio de la Reina era uno de los temas de debate que venían sobrevolando la campaña del referéndum del próximo jueves en Escocia. Diputados tories, la prensa conservadora de Londres y el líder euroescéptico Nigel Farage habían venido reclamando un gesto de Isabel II en favor de la Unión. Pero los portavoces del Buckingham reiteraron una y otra vez, incluso con un comunicado formal, que su imparcialidad es absoluta, conforme a su mandato constitucional. Pero Isabel II, de 88 años, soberana del Reino Unido desde hace 62, rompió su mutismo con una frase que se interpreta como un apoyo explícito a la continuidad de la Unión: «Tenéis una votación muy importante el jueves. Espero que todo el mundo piense muy cuidadosamente sobre el referéndum», dijo a una persona del público, a la salida de un oficio en el templo de Crathie Church, cercano a su residencia estival escocesa de Balmoral.

Es decir, un apoyo críptico, pero evidente, a la campaña del «no» a la independencia de Escocia. La escena fue captada por un equipo de Sky News, la segunda mayor cadena de televisión del Reino Unido. Los portavoces de palacio recordaron que «nunca comentamos las conversaciones privadas, alguien entre el público le dijo algo y ella fue y respondió con esas palabras; es completamente espontáneo, una respuesta a alguien del público». En el grupo de gente que se arremolinaba frente a la iglesia había escoceses e ingleses.

¿Fue espontánea la intervención de la Reina? Es cierto que habló a instancias de una de las personas que se congregaban en el exterior de la Iglesia, que le preguntó por el referéndum. Pero nada fue casual. Normalmente Isabel II sale directamente de su coche al templo, sin detenerse ni acercarse al pequeño vallado que separa al público. Ayer dejó la iglesia caminando, buscando el encuentro. Además, los periodistas, que se encontraban a unos 250 metros, fueron invitados por un sargento de la policía para ver a la soberana departiendo con el público. Donald Stewart, un veterano fotógrafo que cubre las estancias de la Reina en Balmoral desde hace muchos años, comentó que es «totalmente infrecuente» que la prensa sea invitada a acercarse y tomar fotos. «La última vez ocurrió fue en el primer aniversario de la boda de los Duques de Cambridge».

Segundo mensaje en favor de la Unión

La Reina estará todavía tres semanas más en su residencia estival del castillo de Balmoral, un regalo del príncipe Alberto a la Reina Victoria, donde suele descansar durante el verano. Ayer acudió al oficio religioso junto a su marido, y también asistieron el príncipe Carlos y Camilla, el príncipe Andrés y el príncipe Guillermo. El de ayer de la reina es el segundo mensaje velado a favor de la Unión por parte de la familia real en menos de 24 horas. En la noche del sábado, en la clausura de los Invictus Games, unos juegos deportivos para heridos de guerra, el príncipe Harry, que representó allí a la monarquía, expresó su confianza en que el año próximo «puedan celebrarse de nuevo en el Reino Unido, por ejemplo en Glasgow». Una manera de expresar su fe en que Escocia seguirá el año próximo en el Reino Unido. También el príncipe Guillermo expresó su preocupación por el futuro de la Unión el día que se conoció que será padre de nuevo, cuando respondió que estaba muy contento, pero que su mente se encontraba más focalizada en esos momentos en las «importantes noticias domésticas».

Los que venían pidiendo a la Reina que apoyase la continuidad del Reino Unido recordaban que en 1977, en su jubileo, ya hizo un gesto, con la siguiente declaración: «No puedo olvidar que soy la Reina del Reino Unido de Gran Bretaña y de Irlanda del Norte. Quizá este jubileo es tiempo de recordarnos los beneficios de la Unión». Ese era el precedente que se invocaba para que en esta difícil tesitura hiciese algo similar. A su modo, con la diplomacia que otorgan muchos años de brega, lo hizo ayer.