Sin dudas, ahora cuentan con otro "socio" para las luchas internas. Como el Mercosur no es un espacio geográfico donde se derrumban barreras estatales para liberar el mercado, sino más bien un espacio político donde se "compatibilizan" intereses, los gobernantes se pelean constantemente para ver qué pueden sacarle a los demás.

Son recurrentes las protestas de Uruguay y Paraguay porque el Mercosur no es más que la defensa de industriales argentinos y, principalmente, de los brasileños. Paraguay podría dejar el bloque, amenazó el presidente Nicanor Duarte, en una entrevista del diario Financial Times de Londres, quejándose que "el Mercosur condena el proteccionismo de Estados Unidos y de Europa, mientras que esto no ha desaparecido entre nosotros".

De hecho, el arancel promedio externo del bloque es 35%, por lo que los empresarios venezolanos prevén que se incrementarán considerablemente los precios en su país, ya que en la Comunidad Andina contaban con un arancel externo común del 20% para productos terminados.

El canciller chileno sostuvo que la integración de América Latina "está en crisis", ya que "no funcionan bien ni la Comunidad Andina de Naciones ni el Mercosur y Venezuela plantea un eje en contraposición al ALCA". Dijo que Chile debe "apostar a algunos anclajes fundamentales más allá de la región", como Estados Unidos, Europa y Asia.

Por su parte, Kirchner aseguró que "la integración es mucho más que liberalizar el comercio, necesita de una comunidad política". Y Chávez instó a "seguir apuntalando el eje Caracas-Buenos Aires y los proyectos de integración bilateral", como la construcción de barcos en Argentina, la "integración energética", las acciones conjuntas de las petroleras Enarsa y PDVSA, el gasoducto del sur que, hacia el año 2015, permitirá la "consolidación energética".

Pero lo más interesante es el "Bono del Sur", un bono de deuda binacional (argentino-venezolano) que podría salir en 60 o 90 días, como primer paso hacia la creación del "banco del sur". Venezuela ha sido una de las principales fuentes de financiamiento de Kirchner: desde mediados de 2005 ha comprado bonos argentinos por valor de unos 3.500 millones de dólares.

Avispado, el presidente paraguayo olvidó sus amarguras y ofreció a Chávez la venta de bonos por 3.000 millones de dólares, parte de la deuda de $19 mil millones de la hidroeléctrica estatal Itaipú. No es que lo vayan a tomar por idiota útil, sin embargo, Paraguay "cumple sus compromisos pagando una tasa anual de 12% pero tal vez el presidente Chávez podría colaborar generosamente con nosotros comprando con una tasa anual de 6,7% o quizás 8%, con un ahorro de 125 millones de dólares, dinero que lo podríamos invertir en más obras sociales". Sí, seguramente que irán a obras sociales y no al bolsillo de los políticos, como ha sucedido hasta ahora con buena parte del dinero de las obras estatales.

Chávez, a raíz de la incorporación de Venezuela, declaró que Mercosur no tiene que ver solamente con temas económicos y prevé que "llegará un día en que los países del bloque regional fusionen sus fuerzas armadas".

El problema es que la realidad económica de la región es muy diferente al contenido de los discursos políticos. Según las Naciones Unidas, el mundo logrará para el año 2015 reducir a la mitad la proporción de personas que viven con un dólar o menos al día, sector de la población que a principios de los años 90 representaba el 28% de la población mundial, mientras que ahora son 19%, sobre todo por el extraordinario éxito de los países del sur y este de Asia. Pero, "América Latina lo está haciendo menos bien'', explica el informe de la ONU, ya que la pobreza—medida por un ingreso de un dólar diario—se ha reducido apenas del 11% al 9%. En Latinoamérica, la proporción de personas que pasan hambre se redujo del 13% al 10% entre 1990 y 2003.

Alejandro Tagliavini es analista político argentino