Manjula Pradeep es abogada, líder social, activista india y... 'dalit' (intocable). Su nacimiento no fue celebrado en su familia, sufrió abusos, batalló a diario con su padre por sus ilusiones, rebeldía y ganas de estudiar. Finalmente, fue a la Universidad y ahora recibe premios internacionales y recorre el mundo dando conferencias. Esta semana, se encuentra en Madrid, donde participa en el ciclo Mujeres contra la impunidad, organizado por la Asociación de Mujeres de Guatemala y La Casa Encendida.

Pradeep se ha convertido en uno de los rostros más visibles de la lucha por los derechos de la mujer en India, en especial, de las intocables. "India no es país para mujeres", asegura, sin perder sin embargo la sonrisa. Y es que la abogada asegura que "tiene un sueño" y que "sí, que las cosas pueden cambiar".

"Es cierto que mi país es el lugar menos seguro para las mujeres en el planeta. Es cierto que los casos más inhumanos, crueles, terribles, violentos, sucios contra las mujeres se dan en India. Pero ello no nos tiene que amedrentar, sino hacernos más fuertes", sentencia, en un momento en que los medios de comunicación se llenan de noticias sobre violentos abusos sexuales a jóvenes, niñas, en las aldeas, en los colegios... "La gran presencia actual de estos sucesos en los periódicos de todo el mundo y de la propia India no se debe a que se están produciendo más violaciones, sino a que de repente se ha empezado a informar de ello", apunta.

El papel de los medios es vital, a juicio de la activista, ya que pueden influir hasta en la "educación sexual de los jóvenes, tan necesaria para solucionar el problema de los abusos a las chicas". La clave para poner fin a esta terrible situación es la "educación: no sólo los libros, sino la educación sexual, que no se puede impartir en las aulas, pero que sí se pueden dar en programas extras a los niños. De hecho, la gran mayoría de los abusos se produce entre los 12 a los 17 años".

En busca de protección

Ahora bien, hay más sectores que deben implicarse, "desde el Estado, a la sociedad, las comunidades, la policía, los jueces...". "Las mujeres indias están perdiendo el miedo y acuden por fin a la policía a denunciar. Sin embargo, una vez dejan la comisaría, no tienen protección y se encuentran con su familia, su comunidad, que se avergüenzan de ellas y las culpan. No miran ni cuestionan al hombre, al agresor, sino a ellas".

Desde la Fundación que preside (Navsarjan Trust), pretende hacer llegar esta protección cuya carencia denuncia. "Les decimos que no están solas, les informamos de las leyes que las protegen, de sus derechos...".

Pero no todo es tan fácil. "Las propias indias son conservadoras, defienden la sociedad patriarcal, necesitan vivir bajo la protección de un hombre. Y yo les digo a éstas y a quiénes quieren volar: tenéis que confiar en vosotras, no perdáis la esperanza. Sed positivas, con identidad y vida propia, hay que plantar cara a la dominación. Sed rebeldes, inspiraos en activistas como yo. Os apoyaremos. Y, ante todo, tenéis que ser independientes económicamente para tener vuestro propio hogar y tejado donde estar seguras y libres". "Paralelamente", precisa, "deberíamos apoyarlas con educación, programas culturales, espacios donde poder expresarse, cuestionar el sistema".

El sistema, he ahí la clave de la realidad en India, según insiste Pradeep. Las castas. "Los dos grandes problemas de mi país son el género y las castas. Ambos traen como consecuencia la violencia sexual. De ahí que la solución sería acabar con el sistema de castas. Sueño con ello. Gente de mi familia ha sido asesinada por enamorarse de una persona de otra casta", relata. Y culmina con una paradoja: "India está creciendo tecnológicamente, avanzando científicamente, tiene grandes médicos, ingenieros, académicos... Pero, por otra parte, también alberga el feminicidio, las violaciones, los abusos, los matrimonios forzosos... Cada vez que pienso en ello, siempre llego a la conclusión de que en India quedan muchas cosas por hacer, empezando, una vez más, por cuestionar el sistema".