Los precios a ambos lados del Atlántico han caído casi un 20% en un mes.El petróleo baja de los 80 dólares por primera vez en cuatro años.Los analistas prevén volatilidad en los precios durante cuatro o cinco años.La evolución del mercado puede favorecer a las grandes firmas.
El
desplome del precio del petróleo empieza a recordar en Wall Street al
preludio del estallido de la burbuja tecnológica, hace 15 años. Esta vez las
víctimas de su propio éxito pueden ser los jóvenes productores que emergieron
durante los últimos años con el renacer energético de Estados Unidos, gracias a
las nuevas técnicas de extracción. Un precio inferior a los 70 dólares (56
euros) el barril amenaza la supervivencia de los pequeños y favorece a los más
grandes.
El
petróleo de referencia en EE UU, el barril Texas, arrancó diciembre tratando de
mantener los 65 dólares, tras perder más de un 10% de su valor en los dos días
previos a la reunión de la Organización de Países Productores y
Exportadores de Petróleo (OPEP). En todo noviembre, los precios del barril
Texas y el Brent, la referencia europea, cayeron casi un 20% del precio. Ayer
en cambio, recuperó terreno. El Brent subió un 2,7%, hasta los 72 dólares.
Este es
una buena noticia para el consumidor justo al inicio de la temporada de
compras navideñas. Sin embargo, la volatilidad reciente en el mercado de la
energía plantea serios problemas a los cientos de productores
de fracking y shale en EE UU. Los yacimientos de referencia
para los analistas son Eagle Ford y Permian, al sur de Texas, y Bakken, en las
montañas de Dakota del Norte. El primero, como indican desde Scotiabank, sigue
siendo rentable a los precios actuales. Los otros dos, en cambio, están ya en
color rojo.
La
decisión del cártel de mantener la producción intacta hizo temblar a los
productores en los yacimientos de Dakota del Norte. El petróleo es muy fácil de
extraer del suelo en Arabia Saudí, hasta el punto de que pueden soportar un
precio del barril a 10 dólares para ser rentables. En Alaska, las petroleras
pueden tolerar precios a 40 dólares. En Canadá, hasta 50 dólares.
Sin
embargo, la situación se complica cuando se baja al sur de EE UU. El nivel de
rentabilidad medio en Bakken y Permian ronda los 40 y los 70 dólares
dependiendo del productor y de la zona de extracción, mientras que en Eagle
Ford pueden tolerar que baje a los 60 dólares. Lo que está por ver es cuánto
tiempo tiene que pasar a estos niveles para que se produzca una reducción en la
actividad de extracción de crudo en estas áreas clave.
Bank of
America anticipa seis meses de volatilidad como mínimo en el mercado del
petróleo, porque hay un exceso de capacidad evidente. Es algo que señaló
también la Agencia Internacional de la Energía en su último informe anual. Solo
en los yacimientos de Eagle Ford hay cerca de 200 operadores, muchos de ellos
independientes de las grandes petroleras y que pueden sufrir de liquidez si la
situación se prolonga.
Uno de
los detalles en los que se fijan los analistas, por eso, es el nivel de deuda
que acumularon estas compañías para poder dar vida a los proyectos de
extracción. Deustche Bank da casi por hecho que el precio del barril de West
Texas puede bajar aún a los 60 dólares. Bank of America ve posible incluso que
se acerque a los 50 dólares. Pero en ambos casos, más allá de un precio
concreto, coinciden en que habrá volatilidad durante cuatro o cinco años.
Visto de
otra manera, la carencia de estabilidad en el precio puede ser un problema
mayor para los pequeños productores de petróleo porque eso no da certidumbre a
sus inversiones. Por eso, desde Bank of America, anticipan que el desplome en
el precio del petróleo provocará un cambio a la hora de operar este sector y
puede provocar que se inicie una ola de consolidación en el sector.
La OPEP
dejó claro el jueves que no quiere hacer sola el trabajo de dar estabilidad al
precio del petróleo,especialmente Irán y Arabia Saudí. La cuestión es hasta qué
punto EE UU y Canadá están dispuestas en esta situación a ayudar a equilibrar
el mercado o a rebajar la tensión dando cifras claras sobre la producción real
derivada de las nuevas técnicas de extracción. Los analistas de Citigroup, sin
embargo, no creen que la situación vaya a cambiar.
EE UU
está cambiando por completo el juego de fuerza global en el tablero de la
energía. El recorte en las importaciones de crudo durante los últimos años
equivale a la producción combinada de Arabia Saudí y Nigeria, según Citigroup.
El ritmo al que avanza la producción de hidrocarburos en el país hará que su
balanza comercial energética no tenga ya déficit en 2018.
La
reflexión de los analistas es que la OPEP tiene cada vez menos sentido limitada
a 11 miembro, y controlada por los saudíes. Una opción para mantener su
relevancia pasaría por integrar a Rusia, que también sufre esta situación. La
esperanza en Wall Street, señalan desde Nomura, es que el modelo de los
productores de shalese muestre más resistente ante la última jugada del
cártel.