Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Sociedad  
 
26/07/2006 | ¿Hacia dónde va el mundo?

Rab Jaim Zukerwar

Occidente no alcanza a comprender cómo el Islam llegó a desarrollar una concepción tan distorsionada de lo sagrado. Sociedades que aprueban el terror suicida destruyendo a sus jóvenes y por ende su futuro.

 

La autodestrucción como medio para alcanzar sus “objetivos”.

Todos los medios se ocupan y preocupan de contarnos con lujo de detalles este nuevo fenómeno, esta nueva modalidad de “lucha”.

Los gobiernos gastan cifras astronómicas en combatir el terror. Las personas dedican su tiempo en informarse y espantarse de todo lo que sucede. Pero...nadie presta atención a la real causa del problema. Un problema que es de todos y sucede en todos lados. También alrededor de cada uno de nosotros.

El germen del mal

Tres millones de adolescentes estadounidenses han pensado seriamente acerca de la posibilidad de suicidarse, mostró una encuesta oficial.

Más del 13 por ciento de los jóvenes estadounidenses consideraron suicidarse en el año 2000, concluyó el estudio realizado por la Administración de Servicios de Salud Mental. La depresión es la principal causa de suicidio. Más de una tercera parte de los tres millones de adolescentes entre 12 y 17 años que dijeron que pensaron en el suicidio en los últimos 12 meses lo intentaron realmente, indicó el reporte.

El vacío como causa del mal

Cuántas veces sucedió y sucede que malvados carismáticos aprovechan el vacío de contenidos generado por una educación sin objetivos para conducir a pueblos enteros a guerras o actualmente al terror suicida. El mal se infiltra en el vacío, el miedo y la ignorancia.

Un ecosistema que relaciona a todo

Cada persona y civilización, como sucede con los campos de fuerza que estudiamos en física, es un todo orgánico que se expande influenciando aun más allá de su espacio corporal y de su propia conciencia. Queramos o no, sepámoslo o no, todo influye en todo. La realidad es dinámica y global, nada ni nadie existe aislado sino que hay un ecosistema que relaciona a todo, y a medida que avanza la historia ello sucede cada vez con más velocidad e intensidad.

Por ejemplo: el sol no es solamente una partícula situada en un punto del universo, es una fuerza que influye sobre todo nuestro sistema planetario, con un punto de máxima concentración en ese astro. El sol es un campo gravitatorio que afecta a otros campos y que con su presencia influye al espacio y al tiempo, determinando así la forma en que se mueven los planetas y en algún grado el resto de los cuerpos celestes que pueblan el universo.

El campo de influencia de un cuerpo celeste, de un individuo, de una ideología, de una civilización, es una proyección en el espacio y el tiempo que influye en mayor o menor grado en toda la realidad.

Desmistificando la realidad

En un mundo de campos de fuerzas en el cual interactuamos y nos influimos recíprocamente no hay movimientos producidos por fuerzas extrañas. Pueden ser ajenas a nuestro conocimiento pero son partes inherentes a la realidad. Cuando se manifiestan no hacen sino que tomemos conciencia de nuestra ignorancia. La realidad del mundo es el resultado de la interacción de todas las fuerzas que lo conforman, sean estas materiales, sensoriales, emocionales, mentales y/o espirituales. El hombre tiende a mistificar las fuerzas que desconoce y así surgen los mitos, demonios, los estados depresivos y/o estados neuróticos que no son sino el resultado de una conciencia insuficiente de la realidad. En ese sentido es que la tradición de Israel posee una nomenclatura que no sólo nombra sino que le da significado a todos los procesos de la existencia. Todo posee un significado trascendente y es por ello que la Torá valoriza las vivencias necesarias para que los seres humanos alcancen la armonía con el prójimo y para que descubran, por sobre la aparente multiplicidad de fuerzas que rigen la realidad, que todo proviene de una Fuerza y Voluntad Única. En el lenguaje espiritual de Israel tales vivencias se denominan mitzvót y esa fuerza única HaKadósh Barúj Hú.

La llave a un lenguaje objetivo

La conciencia de estos parámetros de influencia y la articulación de la realidad en el lenguaje correcto hacen desaparecer las supersticiones, sean éstas sensibles y/o inteligibles. El lenguaje correcto suprime la imaginación fantástica, producto de las carencias en nuestra forma de expresarnos, que genera la falta de interacción objetiva con la realidad en toda su dimensión. En ese sentido el estudio correcto de la Sabiduría de Israel nos permite el acceso a un lenguaje que no sólo nombra sino que nos activa en pos de la Fuente Infinita de Armonía Universal.

Un mundo ingenuo

Sólo una verdadera educación espiritual puede dar la conciencia de la santidad de la vida y dejar en evidencia a quienes glorifican la muerte. No hay nada neutro. Todo tiene una dirección. Sólo que no la vemos, o no queremos verla, y cuando nos acordamos ya es tarde: tres millones de adolescentes estadounidenses han pensado seriamente acerca de la posibilidad de suicidarse; líderes “espirituales” y sociedades islámicas promueven el terrorismo suicida como medio válido para alcanzar sus “objetivos”.

Educación con objetivos

Si no nos adelantamos y educamos con objetivos precisos definiendo qué es el bien y qué es el mal otros imponen sus "valores" en el vacío que deja nuestra educación meramente informativa en lugar de una formativa. Decidimos nosotros o continuamos con la inercia y educamos “ingenuamente” para el vacío donde “todo es posible”. Entonces: ¿Hacia dónde va el mundo? Sólo podemos ir hacia donde queremos ir. Y.. ¿Hacia dónde queremos ir?


El autor es Director de Halel.org

El Reloj (Israel)

 



Otras Notas del Autor
fecha
Título
19/03/2013|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House