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03/03/2015 | Colombia - 'Los militares no pueden ser interlocutores de terroristas'

Eduardo Alvarez

El ex presidente de Colombia se muestra crítico con las concesiones del Gobierno a las FARC en pleno proceso de diálogo en La Habana y carga con dureza contra la actuación de la "dictadura" venelozana.

 

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, concluye hoy una visita de Estado a España marcada por las últimas noticias sobre el proceso de diálogo que su Gobierno y las FARC iniciaron en La Habana a finales de 2012. Santos, que no ha ocultado su optimismo respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo antes de que concluya el año, anunció ayer el envío de cinco altos cargos militares a la capital cubana para que participen directamente en la negociación.

El ánimo del presidente contrasta con el de su predecesor y antiguo valedor, el ex presidente Álvaro Uribe, quien denuncia una intensificación de la violencia que ejerce la guerrilla narcoterrorista desde hace medio siglo y lamenta el «grave daño» a la democracia que pueden causar las concesiones del Gobierno para tratar de poner fin a una pesadilla que se ha cobrado más de 200.000 vidas. "Una lacra terrorista y no un conflicto, porque Colombia es una democracia que no se puede asimilar a las dictaduras que ha habido en Centro y Latinoamérica", subraya Uribe en entrevista con EL MUNDO.

Resulta difícil entender cómo el presidente Santos y usted hacen una radiografía de la situación de su país tan radicalmente opuesta...
En Colombia se ha deteriorado la seguridad estos últimos años, mientras ha habido diálogo. Los ataques de las FARC a las infraestructuras han aumentado en un 355% y las extorsiones, en un 264%. El terrorismo se rearma y ejerce el control en algunas regiones del país. La ciudadanía no tiene más vía que la de pagar la extorsión. Los militares están desmotivados. Se están enviando señales muy graves a la empresa privada y se está deteriorando la economía colombiana. Santos no exige a las FARC ni entrega de armas ni del dinero del narcotráfico para reparar a las víctimas.
¿Qué valoración hace del anuncio de envío de altos mandos militares al proceso en La Habana?
De la mayor gravedad. Porque a las fuerzas armadas se las va a poner en el mismo nivel que el terrorismo. Ahora les obligan no a cumplir su tarea de dar seguridad a los ciudadanos, sino a ser interlocutoras del terrorismo, de tú a tú.
En la comunidad internacional, sin embargo, es bastante unánime el apoyo al proceso en marcha.
Porque ha sido desinformada. En Colombia estamos enfrentando a un grupo terrorista, las FARC, que es el cártel de cocaína más grande del mundo, que entre 1998 y 2003 secuestró a casi 18.000 personas, que tiene a sus espaldas miles de desaparecidos, que es uno de los mayores reclutadores de niños y uno de los grupos terroristas más ricos del mundo. La comunidad internacional no sabe lo que pasa realmente en Colombia. Hace cinco años, el país estaba muy bien. Si Santos hubiera cumplido lo que prometió, seguramente los cabecillas terroristas estarían en La Habana o Caracas, pero ya no tendrían capacidad para asesinar criminalmente en Colombia.
¿A qué incumplimiento o traición se refiere?
Acabó con la política de seguridad democrática por la que fue elegido y que le fue muy bien al país. Yha acabado ofreciendo convertir el narcotráfico en delito político, lo mismo que el reclutamiento de menores, la extorsión, el secuestro... Todo para que sus responsables no vayan a la cárcel, lo que crea un antecedente muy grave y genera nuevas violencias. Ysupone, además, una violación de nuestros compromisos con la Corte Penal Internacional.
Con todo, las encuestas indican que la mayoría de los colombianos respalda el proceso...
Las mismas encuestas están totalmente en contra de la impunidad, de la elegibilidad de criminales, del hecho de que no les lleven a la cárcel. Hasta el 79% de los ciudadanos desaprueba la política de Santos en materia de seguridad. En el país ha aumentado la violencia. Hasta las fuerzas armadas denuncian que las FARC están aprovechando los diálogos para avanzar en un rearme. Santos ha cambiado las reglas de juego y se nota ya un gran deterioro en la economía. Y en zonas como el Catatumbo, frontera con Venezuela, han aumentado los cultivos de droga por la permisividad del Gobierno de Santos y por su oferta de convertir el narcotráfico en delito político para que pueda gozar de impunidad. Santos ha propuesto que los grandes cabecillas terroristas no vayan a la cárcel, que puedan venir al Congreso. El país ya probó eso en los años 80 y el experimento salió muy mal, aumentó la violencia.
¿Qué valoración hace del apoyo a los diálogos que están prestando algunos países de la región, en especial Venezuela?
El papel de Venezuela es funesto, porque tiene una dictadura que ha sido cómplice de los terroristas de las FARC. Uno no entiende el cambio de Santos. Él era el principal periodista crítico en América Latina a la dictadura de Venezuela y ahora se ha convertido en su principal legitimador. Ahora no se atreve a discrepar por temor a que ello altere el diálogo de paz, porque las FARC y esa dictadura son cómplices.
El Gobierno de España también ha reiterado su respaldo y compromiso con el proceso...
España apoya todo. Cuando yo era presidente también apoyaban la política de seguridad democrática, y la apoyaban con alborozo. Tal vez por razón de cortesía y protocolo le dicen que sí a todos los gobiernos de Colombia. Siempre ha sido así. Pero la preocupación de España debería orientarse más por la violación de las reglas de juego en la inversión privada del Gobierno de Santos.
Un tema complejo es la petición de extradición por parte de Estados Unidos de miembros de las FARC por sus supuestos vínculos con el narcotráfico. El Gobierno de Santos trata de suavizar este asunto en la Casa Blanca.
Es muy grave que EEUU variara su política, porque lo que hay que hacer es mantener una gran colaboración internacional para acabar con el narcotráfico. Tengamos en cuenta que las FARC es el mayor cártel de cocaína del mundo. Santos acaba de pedir a EEUU que libere a uno de los mayores narcos, Simón Trinidad, que hizo uso de una gran cantidad de información privilegiada del sistema financiero colombiano para secuestrar a muchas personas cerca de la costa norte colombiana. Es gravísimo.
¿Es imposible un acercamiento político entre usted y Santos?
El presidente fue elegido hace cinco años con nuestras tesis, si no, no hubiera tenido posibilidades. Y él se apartó totalmente de aquellas tesis. Recibió una gran herencia económica, la ha derrochado y el país empieza a estar otra vez en dificultades. Mis diferencias de fondo con el Gobierno de Santos son muchas en temas que él ocultó como candidato.
Permítame preguntarle por un tema de actualidad. La semana pasada, dos ex altos cargos de su Gobierno fueron condenados por un caso de espionaje ilegal a magistrados, políticos y periodistas.
Esta semana daré mi versión sobre el tema ante la Corte Suprema, pero ahora no puedo decirle nada.
Sin embargo, usted ha hecho reiterados ataques a la Justicia, llamativos en un ex jefe de Estado...
Cuando uno ve todos los días al fiscal general de la Nación acusando a personas, a adversarios, por razones políticas en los medios de comunicación, ve claro el deterioro del sistema de Justicia.

El Mundo (España)

 



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