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28/03/2015 | Argentina - Las mentiras que se esconden detrás de los capitales chinos

Rubén Lasagno

La construcción de las represas sobre el río Santa Cruz, las cuales aún no han comenzado pero los amagues son casi a diario, viene precedida de los espejitos de colores que, de manera similar, acarrean las empresas mineras, petroleras y de la construcción. Prometen mano de obra, mayor desarrollo, mejoramiento del estándar de vida de los pobladores, mayor movilidad social, reactivación del comercio y ocupación. Sin embargo, la experiencia más reciente de Neuquén, dice lo contrario.

 

En la construcción de la controvertida base china en Neuquén, cerca de las Lajas, sobrevuelan las más indeseables sombras de los negocios oscuros o al menos, desconocidos del poder. Más allá de no conocerse el fin del proyecto, sospechan que se trata en realidad, de una base militar estratégica del imperio chino, que cuentan con todos los beneficios que no le dan a la industria nacional, lo que sí se puede ver a simple vista y que lo reflejó objetivamente el programa La Cornisa, es que la gente que trabaja allí, haciendo las obras civiles, lo hacen en condiciones precarias y bajo estándares chinos, no de los trabajadores argentinos, aún cuando los obreros (no así quienes conducen el proyecto) son de esta parte del mundo.

La medida de fuerza del personal de ESUCO SA, empresa encargada de las obras civiles, mostró la otra cara de este megaproyecto que tanto ilusionó al gobierno nacional, quien lo vendió en la región como la panacea a la desocupación. Claro, lo que no explicaron, es que una vez terminada la obra civil, cuando los chinos se hagan cargo del secreto funcionamiento de la instalación militar, ningún obrero argentino pondrá un pie en el predio que será “territorio chino”, como una embajada o un consulado.

Pero la cosa no pasa por ahí. La Cornisa, en un breve documento dejó al descubierto las fallas contractuales de este proyecto, las mentiras del poder y lógicamente los negocios que enjuagan detrás de toda obra de este tipo. De hecho, ESUCO SA, que construye el complejo, es una empresa propiedad de Carlos Wagner, a quien se lo asocia con Lázaro Báez y nos consta que entre Austral Construcciones y ESUCO, había interfacturación, relevo en las licitaciones y obras en conjunto.

Decavial, de la que Wagner es accionista, aparece en la ruta del dinero K, girando un pago de 16,5 millones de dólares a una firma de Helvetic, que fueron depositados en Liechtenstein (Suiza). Esto lo reveló Perfil y la conexión entre Wagner y Helvetic salió a la luz por una operación inmobiliaria en Punta del Este, investigada tanto en Uruguay como en Argentina.

Volviendo al “modelo chino”, el programa de Majul dejó en claro que en época de crisis y peleas, la verdad aflora. En esta oportunidad, los trabajadores, hartos de los malos tratos, pararon la obra. Quedó demostrado que los obreros hacen colas de 3 cuadras a la intemperie con 40º de calor, para comer; la empresa dispone de dos recipientes (dispenser) de agua mineral para 100 personas, los botellones proveen agua caliente a los sedientos trabajadores que, proporcionalmente, no pueden consumir más de 500cc por persona durante las horas que trabajan; se quejan de que la comida les llega tarde, en algunos casos con carne cruda o en mal estado; resaltan que trabajan muy pocos argentinos y menos aún gente de la zona, chilenos, peruanos y paraguayos, conforman la mayor parte del staff de operarios y se completa con formoseños, salteños y chaqueños que son traídos a Neuquén por colectivos que despacha la empresa ESUCO SA. Es decir, nada de lo que se dijo en los meses previos al inicio de la construcción de la base militar, fue cierto.

Como si esto fuera poco, los obreros que dieron la cara en Tv para contar sus penurias y las de sus compañeros, fueron despedidos sin causa al otro día. La UOCRA, jamás se puso al frente de los reclamos y mucho menos, intercedió por los afiliados echados del obrador. La clave es la relación síndico-política de su Secretario General, Gerardo Martínez, ex hombre del Batallón 601, con el gobierno kirchnerista.

Santa Cruz con energía

Si uno traslada el modelo K de esta obra en Neuquén, a lo que conocemos y experimentamos en Santa Cruz, todo nos lleva a pensar que cuando se inicien las represas, aquí va a pasar lo mismo pero magnificado, debido a la magnitud de la obra y porque se espera que no menos de 300 chinos arriben inicialmente a la región para intervenir en distintas facetas de la construcción de las represas. Después vendrán más.

Como siempre lo hemos denunciado en OPI, las mentiras que rondan a estas obras, al igual que a las mineras, es de público conocimiento, corroborables cuando se produce algún accidente, un sector de los trabajadores hace un paro o trascienden problemas que la gerencia de las mineras no alcanzan a detener a tiempo.

En esos momentos se ha revelado que la mano de obra que menos se ocupa, es la de la provincia, que más del 85 o 90% del personal es de otros países o de provincias del norte, que comen mal, que las medidas de seguridad son a veces inexistentes o muy deficientes, que los hacen trabajar más de las horas permitidas y que cuando piden ser defendidos por sus sindicatos, éstos dan ausente sin aviso, debido a la forzada comunión y negocios que tienen con las multinacionales que en vez de ser “patronal”, se han transformado en verdaderos socios de los gremios.

Si salimos de la minería y nos trasladamos a Austral Construcciones SA, la empresa de Lázaro Báez, tiene un largo historial en esta materia. OPI ha publicado en reiteradas oportunidades cómo viven, cómo comen, lo que cobran y las consecuencias que sufren quienes protestan o se manifiestan.

El “modelo chino” que impera en Neuquén, es el que se va a reflejar en Santa Cruz en un tiempo más, si es que la obra de Cóndor Cliff-La Barrancosa, se lleva a cabo. Es importante que la opinión pública conozca los pormenores de lo que viene. Sin embargo, lo que ocurre en Neuquén es una muestra gratis de lo que va a suceder en Santa Cruz, porque fuentes de alta confiablidad cercana al gobierno nacional, nos han manifestado que habrá ingreso irrestricto de ciudadanos chinos, proyecto que ya está implementando el gobierno, con uno de esos programas precedidos del slogan “para todos y todas”. En esta ocasión habrá permisos discrecionales de residencia para chinos y hasta hay mal pensados que creen se vulnerarán algunas normas de migraciones, todo en pos del interés mayor, que es empezar, cuando antes, la obra de las represas.

En todos los lugares donde la población china se asentó (en EEUU modificó conductas sociales, la economía, la forma de comercializar y las mafias chinas desplazaron a las tradicionales de Chicago y Las Vegas. En Buenos Aires desplazó a los judíos y coreanos de Retiro y cambió el supermeercadismo), ha habido un fuerte choque cultural y teniendo en cuenta que Santa Cruz posee no más de 320 mil habitantes, es válido esperar que estas comunidades asiáticas cambien determinados paradigmas de la convivencia en la provincia como la conocemos hoy e inclusive, teniendo en cuenta la falta de planificación y control del gobierno y por el contrario, las facilidades otorgadas para residir y asentarse en estas comarcas, no tengo dudas que a lo largo de algunos años, se conformarán centros urbanos con ciudadanos chinos que modificarán a la sociedad en diversos aspectos.

Sería bueno que la población advierta que nunca le dicen toda la verdad y en virtud de ello, exigirle a las autoridades provinciales y nacionales un sinceramiento al respecto y la puesta en valor de los intereses de quienes viven en Santa Cruz, por sobre las consecuencias que van a acarrear, el cierre de estos negocios políticos y personales que traman hoy, a costa del futuro de los argentinos.

OPI Santa Cruz (Argentina)

 



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