«Estoy muy preocupado porque veo en Europa, y en particular en Italia, un crecimiento muy fuerte del sentimiento antieuropeo y no hay gran empeño en combatirlo. En este ámbito europeo, Italia y España, que es un país muy importante para la Unión Europea, pueden hacer mucho. Se puede combatir el populismo con una Europa que sea diversa, más integrada y más en condiciones de luchar contra el paro juvenil».

Con estas declaraciones a ABC, Enrico Letta rompe el silencio que ha mantenido durante más de trece meses con los medios informativos, desde que fue relevado de la jefatura del gobierno de centro-izquierda por Matteo Renzi, quien dio, como se dice en Italia, «un golpe de palacio» para hacerse con el poder.

Enrico Letta, un europeísta convencido, que volverá algún día a jugar un papel importante en Europa y en Italia, concede esta primera entrevista, porque «aprecio siempre mucho a ABC», momentos antes de coger un avión hacia Barcelona, donde hoy jueves preside una mesa redonda en el XIV Foro de diálogo España-Italia, que él alienta desde hace años con la participación de destacados personalidades, sobre todo del mundo empresarial. Enrico Letta (Pisa, 1966), casado con tres hijos, fue a sus 32 años el ministro más joven de la República italiana, como titular de la cartera de Políticas Comunitarias. Buen amigo de España, por su contribución a la mejora de las relaciones hispano-italianas, el gobierno Rajoy le concedió la Gran Cruz del Mérito Civil.

-Después de nueve meses como primer ministro, con resultados importantes, y aprecio general en las cancillerías europeas y en Estados Unidos, muchos italianos se preguntan, con interés, qué ha hecho Enrico Letta en este tiempo, aparte de escribir un libro.

-Me he apartado del día a día para estar en condiciones de tener una perspectiva más amplia y ver mejor las cosas esenciales. Me preocupa mucho el sentimiento antieuropeo, que solo se puede combatir con un mayor compromiso europeísta. España e Italia, por sus características, deben ser la vanguardia de una Europa mejor y más integrada. Esta será para mi la batalla política del futuro: luchar por una Italia más europeísta y una Europa que tenga la capacidad de integrarse más. Italia debe ser más consciente del hecho de que el futuro debe ser europeo o será un futuro lleno de dificultad aún mayor de la que tenemos hoy.

-¿Cómo puede contribuir la cooperación entre España e Italia para dar una respuesta europea a la salida de la crisis económica?

-España e Italia cuentan con circunstancias externas muy positivas para salir de la crisis: caída del precio del petróleo, la acción de Mario Draghi en el Banco Central Europeo y un euro más bajo con relación al dólar. Son las condiciones mejores que se pueden dar. No quiere decirse que la crisis esté resuelta, porque aún está ahí y la percibe la gente en la vida cotidiana. Estoy convencido de que una relación estratégica de España e Italia es importante. En los años noventa, los dos países se hicieron la competencia, hoy hemos comprendido, y esto me alegra, que debemos ser aliados en Europa, porque tenemos mucho que ganar, ya que contamos con muchas características comunes y los mismos objetivos.

-Usted se considera amigo de España y ha seguido siempre con atención los acontecimientos de nuestro país. ¿Cómo ve el momento actual de España?

-Veo que la situación en España mejora. De ello hablan los datos económicos. España tiene una gran oportunidad, como Italia, de aprovechar la coyuntura externa, con tres características (bajo precio petróleo, la acción del BCE con bajos intereses y mejor cambio del euro con el dólar) que no se han visto en muchos años. Espero que España sabrá beneficiarse de esta oportunidad, porque es un país muy importante para la eurozona.

-En los últimos meses, ha sido profesor en la prestigiosa universidad de estudios políticos Sciences Po, en París, en el master «Europa frente a los nuevos desafíos del mundo». ¿Cuáles son esos desafíos?

-Hacer una Europa más integrada que atraiga nuevas inversiones, construyendo acuerdos comerciales en condiciones más ventajosas para sus exportaciones. El otro gran tema es la seguridad: Europa tiene necesidad de confines seguros. Hoy, por desgracia, existen tres factores de crisis a las puertas de Europa: Siria, Libia y Ucrania. Además, está el tema de la inmigración, en el que Europa debe ser más solidaria y eficaz. En definitiva, tenemos necesidad de una política fuerte en Europa.

-Pero Europa cojea. Por ejemplo, se habló mucho y suscitó grandes esperanzas el plan Juncker para relanzar la economía europea, pero ese plan no se ve por ninguna parte.

-En efecto, estoy muy preocupado. Considero fundamental que se reactive, porque la idea era óptima. Pero tuvo mala salida, al ser acogido con timidez y con incertidumbre inicial, sobre todo por lo que se refiere a la financiación.

-La crisis ha favorecido el nacimiento y el aumento en votos de ciertos populismos. ¿Cuál es la clave para afrontar la crisis y el descontento de la gente?

-El crecimiento de los populismos en Europa es hijo de la crisis económica y del aumento del paro. El incremento del paro juvenil ha sido un desastre. Esto une a Italia y España, porque somos dos países que hemos visto duplicar o triplicar el paro juvenil y la fuga de nuestros jóvenes al extranjero para buscar trabajo. Esto refleja una gran crisis de esperanza. El gran tema es afrontar el problema del paro juvenil con instrumentos y una modalidad diversa a los que hemos utilizado hasta ahora. Si no hay un cambio de tendencia y se resuelve el paro juvenil, será dificilísimo lograr que Europa sea popular entre los jóvenes, con el peligro además de que el populismo siga aumentando. España e Italia podemos hacer mucho para lograr una Europa diversa, que esté en grado de combatir el populismo y el paro juvenil. Hay que dar una respuesta a la crisis para que cale el populismo.

Para terminar, Enrico Letta nos anuncia que a final de este mes se publicará el libro con sus reflexiones que ha escrito en estos meses. Algún medio ha filtrado que lanza algún dardo a quien le quitó el sillón, Matteo Renzi, considerándolo como alguien que «no es de fiar». Muchos en Italia así lo piensan. Por el momento, Enrico Letta se limita a comentarnos que es un «libro que habla mucho de futuro, de Europa. Los razonamientos ligados al pasado serán todos declinados sobre el futuro».