Ucrania ha tocado fondo este año en el plano económico, pero quiere entrar en la UE en cinco años y ayer logró el compromiso de la UE de que su tratado de asociación no volverá a ser congelado por Moscú, entrando en vigor en 2016. Lo que no habrá de momento es una fuerza de paz en Donetsk y Lugansk, como pedía Kiev, aunque la UE sigue interesada en colaborar con expertos civiles. La Unión Europea se comprometió a reforzar su ayuda a la ex república soviética con otros 70 millones de euros.

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, se reunió ayer con el jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el líder del Consejo Europeo, Donald Tusk justo en un día en el que el Ejército de Kiev informó que se han intensificado los ataques de los rebeldes prorrusos en el este y sudeste del país. Poroshenko se dirigió directamente a los líderes comunitarios para que tuviesen en cuenta la propuesta ucraniana de entrar en la UE, asegurando que su país estará en condiciones de ser miembro de pleno derecho en cinco años.

Llevar adelante negociaciones sobre una profundización de los lazos comerciales y los esfuerzos para pacificar el país constituían los puntos principales en la agenda, pero el repunte de la violencia en el este dominado por rebeldes ensombreció el encuentro: un soldado murió y tres resultaron heridos, según fuentes militares.

Poroshenko se comprometió de nuevo con una solución diplomática, pero Tusk salió de la reunión reconociendo que hay riesgo de que vuelva la violencia por culpa del goteo de combates en la zona de Mariupol (un enclave portuario en manos ucranianas) y en el noreste de Donetsk, que sigue bajo control de los rebeldes. Tusk cree que mucha artillería no se ha retirado y que Rusia sigue suministrando armas a los separatistas. Una de las peticiones de la parte ucraniana era una fuerza de paz, pero de momento Tusk sólo se mostró dispuesto a enviar una misión civil exploratoria.

Acuerdo político

La cumbre UE-Ucrania fue la primera desde el acuerdo político y de libre comercio firmado por Poroshenko después de que el ex presidente Victor Yanukovich abandonara el poder en febrero del año pasado como consecuencia de una revuelta nacionalista.

Rusia, que soporta sanciones de la UE por lo que los gobiernos occidentales y Kiev califican de respaldo abierto a los rebeldes, ha puesto trabas a que Ucrania tenga una mayor integración en el bloque. Aunque Moscú logró que la puesta en práctica del acuerdo se retrase hasta enero de 2016, Ucrania se aseguró ayer la promesa de los funcionarios de la UE de que no permitirán más retrasos pese a las peticiones de Rusia. Y eso pese a que "otros quieren posponer la entrada en vigor de este acuerdo de libre comercio", dijo Juncker en clara referencia a Rusia, antes de recordar que "necesitamos que este acuerdo de comercio entre en funcionamiento para enero de 2016". El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, dijo que en esa fecha el acuerdo se llevará a cabo.

La economía de Ucrania ha tocado fondo, según el Banco Central, que espera pronto signos de recuperación. El FMI, que prometió concederle 16.000 millones de euros, ha condicionado esta ayuda a la realización de reformas estructurales para incrementar los ingresos del presupuesto nacional.