El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha suspendido su visita al Vaticano, donde estaba previsto que se entrevistara este domingo con el Papa Francisco, tras recibir una «recomendación médica» que le pedía no viajar en avión. El jefe de Estado venezolano sufriría aparentemente de gripe y otitis.

«Me da mucha pena, pero bueno por razones de un gripón (gripe) que me han pegado y una otitis fuerte, los médicos me han prohibido montarme en avión y emprender un viaje de estas características», anunció el mandatario en la televisión estatal VTV.

Aunque también es cierto que Maduro suele gozar de una salud de hierro. Y en el pasado ha viajado con frecuencia en avión sin que su estado físico se resintiera lo más mínimo. Pero la visita del presidente venezolano al Vaticano había suscitado muchas expectativas en la oposición venezolana y en los medios democráticos internacionales, que confiaban en la mediación del Papa para la liberación de los presos políticos encarcelados, la convocatoria de elecciones y el fin del hostigamiento a los medios de comunicación.

Origen de la suspensión

Así lo pidieron primero los expresidentes de España, José María Aznar, de Colombia, Andrés Pastrana, y de Bolivia, Jorge Quiroga. Una petición a la que se sumó después el Club de Madrid –que reúne a más de un centenar de antiguos jefes de Estado y Gobierno– que envió una carta al Papa en la que le solicitan que «pida al presidente Nicolás Maduro la liberación de los presos políticos, el respeto a los derechos de participación social y de libertad de expresión y la celebración de elecciones justas y transparentes». Por ahí parece estar más el origen de la súbita suspensión del viaje de Maduro.