La Cámara autorizó los ataques en Irak, pero no en el país vecino, lo cual es «absurdo», según el ministro de Defensa.
Pilotos
de la RAF están participando en los bombardeos en Siria contraviniendo el
mandato del Parlamento británico. En agosto de 2013 la Cámara descartó
atacar al país de Al Assad en contra de lo que demandaba el Gobierno de
Cameron, por 285 votos en contra y 272 a favor. La revelación de que se ha
burlado aquella orden desatará una polvareda política.
La
denuncia la ha hecho la organización «Freedom of Information», con datos
suministrados por la asociación pro derechos humanos Reprive. Los laboristas le
han otorgado verosimilitud y han solicitado que el lunes comparezca en el
Parlamento el ministro de Defensa. El diputado conservador John Baron también
da crédito a la denuncia y ha pedido en la radio BBC 4 que se retire a las
tropas de Siria: «Permítanme que sea absolutamente claro sobre esto. En 2013
votamos que no debería haber intervención militar en Siria y nos
dijeron que el Número 10 había asumido el mensaje y que cualquier futura
intervención sería sometida a voto».
Los
bombardeos aliados sobre posiciones de Estado Islámico los inició
Estados Unidos en septiembre de 2014. Ese mismo mes el Parlamento de
Westminster aprobó (524 contra 34 votos) que el Reino Unido se incorporase a
los ataques aéreos en Irak, pero no en Siria. Ahora se sabe que se llevaron
a cabo sin permiso. El propio ministro de Defensa, Michael Fallon, ha dicho en
días pasados que es «absurdo» combatir en Irak y no en Siria, cuando de hecho
la amenaza terrorista del califato salafista se extiende sobre ambos Estados.
Tras la
masacre en Túnez del pasado 26 de junio, cuando un joven pistolero de EI mató a
38 turistas en un hotel de playa, de los que 30 eran británicos, Cameron y
Fallon dejaron claro que quieren extender los bombardeos a Siria.
Mientras
la amenaza yihadista se estrecha, con ataques ayer mismo en Estados Unidos y
contra un navío de guerra egipcio, las democracias occidentales que deben hacer
frente a ese terrorismo se enredan en cuestiones de procedimiento. Pero esa
observancia de la ley es lo que diferencia a la civilización democrática de la
barbarie.